Ilusión y dudas en los corrales de Vilalba

Los productores del capón enfilan la última fase de la crianza natural de las aves con menos ejemplares que otros años y la esperanza de darles salida con clientes particulares
Oliva Souto da de comer a sus capones, ya en las capoeiras. M. ROCA
photo_camera Oliva Souto da de comer a sus capones, ya en las capoeiras. M. ROCA

Marca la tradición que, llegado el San Martiño, en Vilalba es la hora de meter a los capones en las capoeiras para iniciar la última fase de su proceso de crianza natural, esa en la que los animales cogen más peso, su carne gana calidad y su piel adquiere su particular tono dorado de cara a su época tradicional de consumo: la Navidad. Pero este año todo ello está impregnado también por la incertidumbre que inunda todo, aunque son muchos los productores que decidieron seguir adelante en este 2020 tan atípico y criar esta ave típica vilalbesa.

Todo parece apuntar, según opinan los propios criadores, que este año la capital chairega se quedará sin su tradicional Feira do Capón. "Se non hai as demais cousas, tampouco debería haber esta feira. É un risco innecesario para todos", comenta María José López, que este año decidió lanzarse "á aventura, pero con menos pitos que o ano pasado". Y así, el centenar de capones que crió en 2019 se quedó este año en aproximadamente la mitad.

"Ao haber a pandemia e se non hai feira, quedeime cos que me farían falta para os clientes de sempre e deixei os que irían para a feira. Teño moitos compradores de sempre e algúns xa chamaron para reservar", explica esta productora de Lanzós, que prevé mantener los precios del año pasado, cuando incluso mandó aves a Madrid, Valencia o Lanzarote.

El Concello todavía no anunció de forma oficial la suspensión de la feria, pero el sentir general de los criadores es cancelarla

Con más optimismo intenta verlo Oliva Souto, de Goiriz, que apostó por repetir la cantidad de aves del año pasado: 110. "Os clientes que teño dixeron que si que os ían querer desde o principio e, pese á incerteza e a que hai que ir vendo día a día, penso que se van vender ben", explica, al tiempo que destaca que este año tendrán que enviar muchos más por transporte al haber restricciones de movilidad y "moitos que prefiren que llelos envíe", dadas las circunstancias.

Las llamadas que recibió para hacer encargos, incluso de gente que nunca le había comprado, la animan, aunque ve que hay un menor interés a estas alturas que en años anteriores. "A xente tamén espera, porque non sabe que pasará, se haberá máis restricións, se se poderá xuntar no Nadal... Eu intento ser positiva e estou criando coa mesma ilusión de todos os anos", manifiesta.

Pero en otros casos, la irrupción del covid-19 trastocó planes y obligó a adaptarse, como es el caso de Jesús Cazón, criador que se estrenó en 2019 con 130 ejemplares y que este año no cuenta con ninguna ave.

Su proyecto, Capones do Caseiro, continúa, pero sin el producto estrella. "Me incorporé a esto al 100% este año y en principio íbamos a criar, pero llegó la pandemia y trastocó todo. Como teníamos que hacer unas obras en la granja, aprovechamos para ello y a partir del año que viene vemos cómo arrancamos", explica este criador, que centrará su producción, que prevé mantener durante todo el año, en la hostelería.

Desde el Concello tienen previsto realizar una reunión este mes con los criadores para valorar qué se puede hacer para promocionar de alguna forma este importante producto vilalbés.

En un primer contacto con ellos en septiembre, estos manifestaron su idea de que era mejor no celebrar la feria, algo que en principio comparte también el gobierno local, si bien aún no ha hecho oficial esta decisión.

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