Fran Carballal: "Mi abuela es una gran contadora de historias y tiene un instinto privilegiado para la narrativa en televisión"

Soy guionista de series como Luci (TVG), Servir y Proteger (TVE) o Toy Boy (A3). Además de mi trabajo en televisión, he escrito el cortometraje La Entrega, dirigido por Pedro Díaz y protagonizado por Ramón Barea, y que está en plena carrera hacia los Goya. También soy el orgulloso nieto de una de las primeras autónomas de Terra Chá, Pilar de Lambuxos
Fran Carballal Ramil, guionista y escritor del cortometraje&nbsp;<em>La Entrega,</em>&nbsp;en la carrera hacia los Goya. EP
photo_camera Fran Carballal Ramil, guionista y escritor del cortometraje La Entrega, en la carrera hacia los Goya. EP

¿Cómo nació La Entrega
Poco después de que conociese al director, Pedro Díaz. Yo aluciné con su talento como realizador y recuerdo que él leyó alguna cosa que escribí en Facebook y me dijo: "Aquí tienes a un director de por vida". No sabía que "de por vida" iba en serio: tardamos ocho años en levantar este cortometraje.

¿Y cómo surgió la historia?
De una imagen preciosa que me sorprendió en plena calle, volviendo a casa bajo una tromba de agua bastante espectacular. No puedo contar la escena porque es el plano final del cortometraje, es una sorpresa. Pero sí puedo desvelar que esa imagen inspiró al personaje protagonista, que el actor Ramón Barea (Cinco Lobitos) ha inmortalizado en una interpretación magistral que se está llevando todos los premios. 

¿Qué le ocurre al protagonista?
Es un hombre mayor incapaz de salir de casa por un trauma que aún no conocemos, que apenas tiene un contacto superficial con un joven repartidor que le lleva los pedidos a casa. Hasta que un día, entre esos pedidos, llega uno inesperado. Esa 'entrega' es la llave para que estos dos personajes opuestos, de generaciones distintas, lleguen a conocerse, a entenderse y a comprender que se necesitan de algún modo. Es un viaje emocional muy grande que ocurre en muy poco tiempo, sin grandilocuencias. De hecho, para mí, que Pedro haya querido dirigir un relato tan pequeñito es lo que lo hace un director tan grande.

Aborda cuestiones como la soledad, la salud mental, la brecha digital... ¿A qué otras reflexiones puede llegar el espectador?
Lo bueno de que sea una historia escrita desde las emociones, no desde una temática determinada, es que esos temas se desprenden de la lectura que hace cada espectador. De su relación con los personajes y la historia. Para mí habla del poder transformador de los pequeños gestos. Llamar a una puerta, escuchar, preocuparse por alguien de quien nadie se preocupa… cosas que parecen insignificantes pueden cambiarle la vida a otra persona. 

El corto ha conseguido ya ocho galardones y ha sido seleccionado en casi una treintena de festivales, entre ellos el prestigioso Edmonton Film Festival. ¿Dónde está el techo?
Me da mucho pudor hablar del éxito que está teniendo y al mismo tiempo me cuesta un poco callarme. Siempre estuvimos orgullosos del corto, pero lo que está pasando está desbordando nuestras expectativas. De los caminos que existen para que un corto pueda optar a los Goya (llegar a un nivel concreto de festivales, de premios o de selecciones internacionales) hemos cumplido con todos, así que ya estamos en esa carrera por entrar en la selección. Y ya nos han llegado noticias de que el corto va a seguir creciendo estos meses. Así que hasta yo, que soy el pesimista del equipo, estoy todo el día con una sonrisita tonta de orgullo, como de padre primerizo.

Ha trabajado como guionista en series de televisión como 'Servir y Proteger', 'Rabia', 'Luci' o 'Toy boy'. ¿Qué es lo mejor y lo peor de su trabajo?
Lo mejor, tener el privilegio de trabajar contando historias. Lo peor es que el 80-90% de lo que escribes nunca llega a producirse. Y si no se produce no existe. Ni para tus amigos, ni para tu familia, ni para tu currículum. Por eso disfruto tanto de ver cómo La Entrega está llegando a tantos sitios. 

¿Dónde encuentra la inspiración?
Diría que las historias beben de cuatro fuentes fundamentales: la imaginación, la documentación, la memoria y la cafeína. 

Tienes raíces chairegas. Su familia materna es de Vilalba. ¿Ha hecho algún guiño en sus trabajos a esta comarca?
Han sido varios, a Vilalba y a mi abuela Pilar. El más reciente fue toda una trama de Servir y Proteger basada en el robo que mi abuela sufrió en su casa hace un par de años. Fue poco después de cerrar su mítica tienda, Lambuxos. El personaje al que robaban en la serie era una mujer mayor que llevaba su nombre. No es un gran consuelo, pero al menos en la serie atrapaban al culpable. 

Su abuela regentó hasta los 87 años su mítica tienda en la capital chairega, siendo una de las autónomas más longevas de Galicia. ¿Bien podría protagonizar un documental?
O cualquier formato. Tiene inteligencia, arte, carisma, y es una gran contadora de historias. Podría ser tertuliana derrochando sentido común, estrella de cualquier talent show donde pueda cantar o recitar poesía. Una influencer increíble, dando lecciones de cocina, de familia y de humildad, siempre tomándose un vasito de vino pero no dos para no ir 'periquita'. El problema es que ella nunca se prestaría a hacerlo. Es una persona humilde y discreta que nunca quiere darse importancia aunque sea un símbolo para mucha gente. Una pena, pero es lo que hace a mi abuela ser como es.

¿Ha tenido la oportunidad de ver alguno de sus trabajos?
A excepción de Toy Boy (que es un thriller con bastantes dosis de sexo y violencia que no le he insistido mucho en que la vea), mi abuela es la principal espectadora de las series en las que escribo. Y una gran brújula. Tiene un instinto privilegiado para la narrativa en televisión, siempre va diez pasos por delante. A veces adivina antes de tiempo quién es el asesino o quién va a morir. Y cuando eso pasa, hablo rápidamente con los compañeros de guion para intentar corregir el rumbo. 

¿Viene con regularidad a Vilalba?
Vamos con frecuencia, claro, aunque reconozco que estos últimos años, por temas de trabajo, me he perdido algunos hitos importantes. Por ejemplo, el último San Ramón, una fiesta inexcusable para los Ramil Fraga. Es cuando más se disfruta el ambiente en la Alameda y la Rúa da Pravia. Había pensado compensárselo a la familia el año que viene, presentándome como raíña vilalbesa (ríe).

Si consiguiese alzarse con un Goya o un Óscar, ¿a quién se lo dedicaría?
Tendría que pensarlo. Pero seguro que, entre esas personas, estaría una de las autónomas más longevas de Terra Chá.

¿En qué otros proyectos está trabajando?
Hay varios en marcha con Plano a Plano, la productora que más ha apostado por mí. Estamos desarrollando dos ideas mías para dos plataformas nacionales distintas. Pero no se puede contar mucho y es mejor ser prudentes siempre. Como decía, los proyectos no existen hasta que otros pueden verlos, disfrutarlos o juzgarlos, como está pasando, por suerte, con La Entrega

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