Fraga no tiene quien lo lea

La fundación que lleva el nombre del vilalbés vive en "un 'impasse'" continuo. El patronato que rehabilitó su casa natal no tiene actividad y la anunciada biblioteca está lejos de ser realidad
La casa de Fraga (izquierda) y su busto en la alameda. C. ARIAS
photo_camera La casa de Fraga (izquierda) y su busto en la alameda. C. ARIAS

La escultura de Manuel Fraga mira atenta hacia su casa natal desde la alameda de Vilalba pero el edificio, inaugurado en el año 2011 como la nueva sede de la fundación que lleva su nombre, permanece cerrado a cal y canto. Desde el patronato que compró y rehabilitó la casa del expresidente de la Xunta aseguran que viven en "un momento de 'impasse'" que se prolonga demasiado por la falta de financiación.

"Es la pescadilla que se muerde la cola, no hay actividad porque no hay financiación y sin actividad no puedes conseguir financiación porque no te conceden subvenciones", explica José María García Leira, el vicepresidente del patronato, que preside el catedrático Juan Velarde y que incluye a muchos y reconocidos nombres históricos del Partido Popular.

Y en medio de ese 'impasse' que suma ya muchos años, Fraga no tiene quien lo lea. El proyecto de la fundación, además de convertir su casa natal en un centro de estudios sobre su figura, incluía la creación de una biblioteca con los fondos bibliográficos que el político vilalbés tenía repartidos entre la casa de Perbes, la de Santiago, la de Valladolid, que era de su mujer, y la de Madrid.

Los más de 60.000 libros que se acumularon en el auditorio ya están en el edificio de la fundación, pero se mantienen en cajas

"Habrá sobre 60.000 libros en total, de literatura, de historia... Hay un poco de todo. Él los fue mandando poco a poco y otros se donaron después y se guardó todo en cajas en el auditorio de Vilalba —que lleva el nombre de su mujer, Carmen Estévez— cuando se hicieron las obras en la sede de la fundación", explica García Leira, que indica que desde esta semana todos los fondos están ya en el bajo de la casa familiar de Fraga.

Están en cajas, igual que estaban en el auditorio. Algunas montañas se pueden ver a través del cristal de la puerta principal. Dentro, además de libros, se almacenan documentos o el archivo del Gobierno del PP de Fraga en la Xunta. También los títulos 'honoris causa' que le concedieron una veintena de universidades.

"Se descargaron todas las cajas este lunes, pero ahora hay que clasificar los libros, inventariar y catalogar todo. Para eso hacen falta técnicos y cuesta dinero y como no lo hay no se puede hacer nada", indica el vicepresidente de la fundación, que recuerda que en las obras de remodelación del edificio se dejó el segundo piso diáfano para instalar allí la biblioteca.

LAS OBRAS

El padre de Fraga compró la vivienda a principios de los años 20 al volver de Cuba y en ella el expresidente de la Xunta se crió junto a once hermanos. La idea de crear un museo y un centro de estudios allí empezó a fraguarse hace casi dos décadas.

La fundación se constituyó en 2004 y en 2006 anunció la firma de la escritura de la vivienda, que se materializó un año después. La casa, situada en el número 19 de la Rúa da Pravia, pertenecía a la sociedad Home Galicia, y participaron como entidades colaboradoras en la operación Caixa Galicia, Caixanova, el Banco Pastor y SCH. Las obras arrancaron en 2010 y la inauguración del inmueble remodelado fue un año después.

"Hubo que comprar la parte que daba a Porta de Cima y hacer todas las obras. Aportaron dinero los bancos pero también mucha gente —con nombres destacados como el de Juan Miguel Villar Mir, responsable de la constructora OHL, que avaló el proyecto—", explica García Leira, que cifra en unos 600.000 euros la inversión realizada.

La casa, con bajo, dos plantas y buhardilla, solo abrió sus puertas al público en la inauguración, el 1 de octubre de 2011, unos días después de ser el blanco de una bomba artesanal colocada por Resistencia Galega. Fraga no asistió. Falleció tres meses después. Y aún nadie lee sus libros.

Comentarios