El covid se lleva a José Ramón Ónega, "o mellor embaixador" de Galicia

El reconocido político y escritor, natural de Pol, donde fue nombrado Hijo Predilecto en 2002, y director de la Casa de Galicia en Madrid durante más de una década, falleció a los 81 años
José Ramón Ónega. EP
photo_camera José Ramón Ónega. EP

"La Chaira, señor cardenal, nuestra Chaira, es un arpa de sonidos telúricos donde Dios hace sonar una música especial". Son palabras del ilustre polense José Ramón Ónega ante el por aquel entonces arzobispo de Madrid, el vilalbés Antonio María Rouco Varela, en la celebración del Día de Galicia en la catedral de la Almudena, en julio de 2001. Allí, como tantas otras veces, hizo gala de su amor por la tierra que lo vio nacer un 8 de marzo de 1939 en la ciudad que se convirtió en su segundo hogar y que ayer lo acogía en su muerte, a los 81 años, convertido en una más de las miles de víctimas de una pandemia que él mismo veía "dramática".

No fue un discurso aislado ni una pose. "Sempre que ía a algún sitio ou daba unha conferencia, por moita xente ilustre que hou-bese, el falaba de Pol, do río Azúmara, do seu Mosteiro querido", recuerda quien fue su amigo por más de tres décadas, Manuel Labrada, con el que coescribió un libro sobre la heráldica polense y con el que compartió múltiples conversaciones e investigaciones sobre el santo José María Díaz Sanjurjo, nacido en Suegos, del que Ónega fue biógrafo.

Ver: Ónega, una vida entre el periodismo y la política

Y es que, como el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, destacaba en el homenaje que le tributó Asomega (Asociación de Médicos Gallegos) en noviembre, el mayor de los hermanos Ónega, que desde 2009 ejercía como director de la Casa de Galicia en Madrid, fue "o mellor embaixador que podía ter Galicia na capital, unha ligazón perfecta entre a Xunta e a meseta".

"Bonhomía, sensibilidade, señorío, proximidade, xenerosidade, humildade, compromiso e galeguidade acompañan sempre a José Ramón, decía en el mismo acto el presidente de Asomega, Julio Ancochea, en una definición con la que coinciden quienes trataron con el hijo de José Ramón y Angelita, licenciado en Derecho por la USC y técnico de la Administración Civil del Estado, que asumió numerosas responsabilidades políticas a lo largo de los años, compaginadas con su pasión por la historia y la escritura.

Y aunque en su extenso haber literario figura hasta un libro de poemas, Sol de poniente, son Pol y su Mosteiro natal –donde se construyó una casa en la que podía practicar otra de sus aficiones predilectas, la lectura, con vistas a la carballeira–, los que se llevaron buena parte de su pluma.

"Emigrantes hai moitos, pero el levou o concello de Pol por todos os sitios e colaborou moito, en todo o que se lle pedía. Fixo o primeiro libro que se escribiu sobre o concello - Pol, país de colinas, editado por la Diputación en 2002-, que é unha fotografía moi exacta do concello, un libro emocionante que tivo un éxito moi grande; regalarllo a alguén era como darlle a vida de Pol", dice el exalcalde José Luis Fugarolas, en cuyo mandato se promovió su nombramiento, junto al de su hermano el periodista Fernando Ónega, como Hijo Predilecto de Pol, una distinción "máis que merecida" que derivó en un acto multitudinario: "Nunca se reuniu tanta xente en Pol".

"Era unha gran persoa e todos os polenses temos que recordalo con gran orgullo", destaca el alcalde, Lino Rodríguez, recordando su cariño por Pol, a donde se prevé traerán sus cenizas cuando sea posible. José Ramón Ónega volverá así a ese lugar querido al que venía todos los veranos y, a veces, también en Semana Santa. Solo falló este último, por un virus que al final acabó llevándose mucho más que esas ansiadas vacaciones.

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