Exhuman los primeros restos de la fosa del cementerio de Santa Mariña

La ARDF localizó fragmentos óseos que podrían corresponder con cuatro represaliados

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photo_camera Trabajos de exhumación y localización de materiales, en el cementerio de Santa Mariña, en Guitiriz. M. MANCEBO

La Asociación por la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo (ARDF) ha logrado por fin, y después de muchos años de trabajos y prospecciones previas, abrir la fosa común del cementerio de Santa Mariña de Lagostelle, en Guitiriz, donde las viejas historias situaban el enterramiento de varios cuerpos de un número indeterminado de represaliados en el 36.

Un extremo que acaban de confirmar definitivamente al recuperar los primeros fragmentos óseos que podrían corresponder con al menos cuatro de los "paseados", que según las teorías que manejan desde la ARDF, podrían ser de trabajadores del ferrocarril que fueron apeados para ser fusilados "en la frontera entre las provincias de Lugo y A Coruña, en el lugar conocido como A Braña do Marco".

Entre los hallazgos localizados estos días -los trabajos empezaron ya el lunes-, se han encontrado varias piezas distintas. Una vértebra, parte de una mandíbula, metatarsianos del pie y hasta cuatro cráneos. "Y hay indicios de que puede haber más", indica Santiago Carcas, el presidente de una entidad que trabaja desde hace años en la recuperación de la memoria histórica.

A lo largo de esta semana, un equipo formado por diez personas procedentes de Madrid, Barcelona, Granada, Castellón o Valencia, y dirigido por la arqueóloga Belén Hermida, tratarán de recuperar todos los cuerpos. "Estaremos hasta el sábado y no nos iremos sin desenterrar todo. Recuperaremos ocho, seis o los que haya y los trasladaremos en cajas fúnebres, que ya están preparadas, hasta su estudio antropológico", indicó Carcas, quien cree que "los objetos también hablarán y nos darán pistas para saber quiénes son".

El trabajo para dilucidar su origen se completará con los análisis de ADN, que tratarán de realizar lo más pronto posible si disponen de fondos económicos. "Cada prueba cuesta entre 1.500 y 2.000 euros. El Concello de Guitiriz mostró su disposición para colaborar, también realizamos una campaña de crowdfunding y hay donaciones privadas. Toda ayuda es buena, y cuanto más nos ayuden, antes podremos llevar a cabo las pruebas", defendió el presidente de ARDF, esperanzado en poder darles por fin, y después de más de 80 años, una sepultura digna.

Lo mismo tratarán de hacer con la fosa común que abrirán la próxima semana en el cementerio de San Vicente de Fervenzas, en el municipio de Aranga, donde se cree que hay soterrados otros ocho cuerpos.

DATOS: ENTRE 40 Y 50 CENTÍMETROS DE PROFUNDIDAD
La fosa común del cementerio de Santa Mariña de Lagostelle tiene una profundidad aproximada de entre 40 y 50 centímetros. "No hay un estándar por el que guiarse", explica la directora de los trabajos, Begoña Hermida, quien cree que por la extensión "podría haber ocho cuerpos".
Posición
Todo apunta a que los restos estarían colocados en hilera. "Tenemos que seguir excavando para confirmarlo", indica Hermida, quien asegura que de ser cierta la teoría "podrían haber sido enterrados por los vecinos". "Cuando lo hacían ellos tenían más cuidado que las Brigadas del Amanecer", concluyó.

 

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