La estrella navideña del Cancelo

La Casa de Navidad de Os Vilares regresa un año más llena de novedades, como el poblado de Papá Noel o un cohete, y conservando todos sus anteriores adornos y la iluminación
José, Dani y María José, debajo de la estrella que da entrada a su jardín navideño. D. CENDÁN
photo_camera José, Dani y María José, debajo de la estrella que da entrada a su jardín navideño. D. CENDÁN

Diciembre es sinónimo de frío, de días cortos y noches largas, pero, sobre todo, de Navidad. Y hay sitios en el que lo es mucho más, como en Laponia o, desde hace unos años, en la parroquia guitiricense de Os Vilares.

Y es que en Cancelo hay una casa que transmite espíritu navideño a lo lejos, literalmente, al poder ver todas sus luces parpadeando y sus muñecos hinchables gigantes desde la carretera, a más de 200 metros de la misma.

Y es que la Casa de Navidad, como es conocida en la zona y cada vez en más sitios, vuelve a sacar toda su artillería navideña un año más, no sin novedades, que coronan una decoración en la que no faltan los Papás Noel, los renos o los muñecos de nieve, a los que se añaden figuras tan novedosas como un cohete de Santa Claus.

"Cada ano vou mercando cousas novas e pensando en como podo melloralo e poñer máis adornos, xa que é algo que me encanta e que me leva moita ansia", explica María José González, la artifice, junto a su familia, de esta atracción turística navideña que emergió en los últimos años y que cada vez atrae a más gente.

Y es que el entusiasmo y el amor por estas fechas hace que todo el trabajo que supone pensar y colocar todos los adornos y luces de la Casa de Navidad no sea tan duro, y que María José espere "o resto do ano a que cheguen estas datas, que son as miñas favoritas desde sempre, xa que sempre me gustou moito o Nadal", explica, contenta con la entrada en diciembre.

Las novedades este año son significativas, y, sobre todo una de ellas, visible ya a la llegada a la finca, como es la gran estrella que corona la entrada del jardín principal, en el que también se puede ver, al fondo, un colorido árbol gigante de luces y un cohete hinchable con un Papá Noel sobre un puente de madera.

Los que vayan a repetir experiencia se darán cuenta rápidamente de que este año hay una carpa roja, color navideño, como no podía ser de otra manera, que no estaba en los años pasados, y que despierta curiosidad nada más verla.

Dentro, lo primero que uno se encuentra es el cañón de nieve que ya estaba el año pasado, pero que se traslada a la carpa "porque cando facía aire a neve empezaba a voar, e así asegurámonos de que o canón faga a súa función e quede bonito", explica María José.

Además de esto, también alberga tres nuevos hinchables luminosos, un fondo nevado para hacerse fotos y el nuevo poblado de Papá Noel, una recreación similar a un belén, pero de una ciudad blanca que incluye luces, una noria e incluso un tren, ambos con movimiento e iluminación propia.

Además, se conserva todo lo de los años anteriores, para que quien nunca haya visitado este templo de la Navidad no se pierda nada, desde la casa de Papá Noel hasta el belén, con ambientación de Terra Chá.

"Este ano esperamos que veña moita máis xente que os anos anteriores, xa que dende que empezamos o número de visitantes foi crecendo Nadal tras Nadal, e queremos que siga así", explica María José, que admite que "canta máis xente ben máis contenta estou xa que ver xente aquí na túa casa vendo o que fixeches é unha alegría enorme".

María José espera que esta Navidad crezca el número de visitas y se superen las cifras de años anteriores, lo que la haría "moi feliz"

Y es que algo que empezó "sendo unha cousa pequena, xa que eu decoraba a casa xa antes de que se empezase a coñecer polos arredores e a xente viñese vela" ya es todo un atractivo navideño que junta a las personas a las que le gustan las luces, los villancicos y el turrón.

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