LLEVA DÉCADAS formando con éxito en el taekwondo a jóvenes de As Pontes y Vilalba. Ahora, y junto a un grupo de maestros en artes marciales de toda España, Antonio Montes —propietario del gimnasio Moo Duk Kwan— traslada sus conocimientos y los valores olvidados de este deporte a través de dos emotivos cuentos, dentro del libro Un viaje mágico.
¿Cómo surgió la idea de crear esta obra conjunta?
Un padre le consultó al profesor de artes marciales de su hijo si existía un libro orientado para niños en el que se hablase de este tema, no solo desde un punto de vista técnico, sino sobre el contexto, protocolos, etiquetas... La respuesta fue que no, pero que lo haría. Y ahí es donde entramos los demás. Nos juntamos y lo sacamos adelante.
¿Cuánta gente participa?
Somos 16 maestros de diferentes puntos de España y de varias disciplinas originarias de Japón. De Galicia solo estoy yo, que además represento a China con el taekwondo, porque tampoco hay más deportes en el libro con ese origen.
¿Qué objetivos se marcaron con esta publicación?
Queríamos fomentar las artes marciales a través de cuentos, dirigidos inicialmente para niños, pero que también valen para la lectura de los adultos. Y, a través de ellos, poner de relevancia el compañerismo, el compromiso, la constancia... Valores claves de estos deportes.
Usted escribió dos cuentos. ¿Qué hay detrás de ellos? ¿Cuál es la moraleja?
Yo participo con ‘El viejo árbol que daba la vida’ y ‘De como la familia es una escuela y la escuela es una familia’. En los dos reflexiono sobre que hoy en día lo que más se valora es lo inmediato. Si ganas medallas tienes consideración, si no las ganas no. Por eso es importante recuperar la transmisión de valores como se hacía antes, donde los altos grados iban vertiendo conocimientos y valores sobre los que estaban más abajo. Es como en las familias. Al abuelo o la abuela antes se les escuchaba y se les tenía en cuenta por su experiencia vital. Eso ha ido cambiando. Tratamos de recuperarlo, ya que es algo exclusivo de las artes marciales, no tanto del deporte, sin desmerecer al resto, claro.
¿Dónde se puede comprar el libro?
Aquí en Galicia lo distribuyo yo. Cualquier persona que quiera adquirirlo puede acercarse hasta el gimnasio o ponerse en contacto conmigo. Afrontamos económicamente el empeño de este libro todos los que participamos en él y, aunque hicimos una primera edición muy limitada, la cosa está funcionando. Ya vamos por la tercera, así que una vez que cubrimos la premisa inicial de ofrecer un libro de artes marciales para niños, tal y como había sugerido aquel padre, nos pareció interesante sacar un beneficio social.
Lo que recauden en Galicia irá destinado a Somos Unidos por el Cáncer, con quien ya celebraron hace unas semanas una presentación en Lugo.
Así es, coincidiendo con el Día Internacional del Cáncer Infantil, participamos en una presentación en el Hula. Ese día recaudamos con la venta 700 euros, que ya ingresamos a la entidad.
¿Por qué decidieron destinar los fondos a esta asociación?
A lo largo de los años, desde Moo Duk Kwan hemos colaborado con distintas asociaciones benéficas. En esta ocasión, nos pareció interesante hacerlo con ellos, porque hemos vivido muy de cerca esta enfermedad con algún alumno y familiares. No solo es una cuestión económica, sino que también buscamos poder despertar la solidaridad de la gente en relación a esta enfermedad.
El deporte está íntimamente ligado con el bienestar físico y mental. ¿Cree que la práctica de alguna arte marcial puede ayudar a los pacientes de cáncer?
No soy médico, por lo tanto no puedo dar una valoración. Lo que sí sé es que el deporte te permite ser consciente de tus capacidades y, además, disfrutar de los resultados que vas consiguiendo. Todo esto te da una sensación de bienestar. Además, hay enfermos que se aislan, y eso no es bueno. El deporte te permite la interacción social y te levanta el ánimo. Así que es muy probable que la práctica deportiva sea muy adecuada en estos casos.
¿Tienen alguna otra acción en marcha para seguir ayudando a Somos Unidos por el Cáncer?
Sí, el próximo 8 de abril, dentro del programa de la Feira do Queixo de San Simón de Vilalba, organizaremos una competición de taekwondo, en la que además de mostrar este deporte, también ayudaremos a promocionar los productos gastronómicos como el roscón, el pan, los chorizos, las patatas, el grelo o el propio queso. Se pondrán a la venta rifas para el sorteo de varias cestas y los beneficios se entregarán íntegramente también a Somos Unidos por el Cáncer.
¿Cree que es necesario que la sociedad se implique más con este tipo de entidades?
Ante la irresponsabilidad de las entidades públicas, no nos queda otra que estimular a la solidaridad del pueblo. Si las administraciones hicieran su trabajo, no tendría que haber asociaciones. Es una deficiencia clara en el sistema.
No lo tengo. Para mí es un referente cualquier persona que se marca metras y lucha día a día pro salir adelante.
¿Algún entrenador que le marcase en su carrera?
Solo tengo un maestro, Un Soo Il, el que marcó mi visión de las artes marciales. Tuve contacto con otros entrenadores, que lo que consiguieron fue potenciar esa visión.
Un disciplina deportiva.
El deporte, en general.
Una película.
En sus tiempos, las que protagonizaba Bruce Lee o la primera de Rocky.
Un libro.
Shike: Samuráis, gragones y zinjas.
Un rincón especial de Vilalba.
Me gustan mucho las vistas desde el Monseivane.
Ha conseguido situar en lo más alto del podio a varios de sus alumnos. ¿Cuáles cree que son las claves del éxito?
Querer conseguirlo. He tenido a varios medallistas en mi escuela, aunque la mayor satisfacción para mí es haberles aportado a través del taekwondo algo para su vida. Que sean constantes, solidarios, que no caigan en el orgullo, algo que les pasa a muchos cuando compiten.
¿Le queda algún sueño por cumplir a nivel profesional?
Seguir, ese es mi mayor sueño.
