La muerte de Desirée: ¿estamos ante un caso como el de Asunta?

Las similitudes con el crimen de Santiago, cada vez más patentes

Alfonso Basterra y Rosario Porto. AEP
photo_camera Alfonso Basterra y Rosario Porto. AEP

Asunta Basterra Porto, de 13 años, murió asfixiada el 21 de septiembre de 2013. Sus padres adoptivos, Alfonso Basterra y Rosario Porto, fueron hallados culpables del crimen y condenados en sentencia firme a 18 años de cárcel cada uno.

Como resultado de la investigación y de las pruebas practicadas, en relación a la muerte de Asunta Basterra se determinó que su fallecimiento se había producido por asfixia y que, anteriormente y durante meses, la niña había ingerido un ansiolítico, Orfidal, que anuló su voluntad antes de ser asesinada.

El cuerpo fue localizado después de que, en la madrugada del 22 de septiembre, dos hombres que circulaban por una pista forestal del lugar de Ferros, en la localidad coruñesa de Teo, dieran la voz de alarma. Durante las primeras horas, los investigadores capitaneados por el titular del juzgado de Instrucción 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, determinaron que la niña había fallecido en otro lugar y que no había sufrido agresión sexual.

A Asunta también le habían administrado las pastillas que tomaba su madre y falleció a causa de una asfixia

Las pistas apuntaron desde el primer momento al entorno cercano y, más en concreto, a sus padres, separados, que la noche en la que se produjo su muerte habían acudido a una comisaría de Santiago de Compostela a denunciar la desaparición de su hija.

Sin embargo, las "inconsistencias" detectadas por la Guardia Civil en las declaraciones de los padres sobre los últimos movimientos de Asunta y las primeras pruebas precipitaron sus detenciones. Rosario Porto, conocida abogada compostelana, fue detenida el 24, dos días después de la localización del cuerpo. La Guardia Civil la trasladó al cuartel desde el tanatorio compostelano de Boisaca, donde acababa de asistir a la incineración de su hija.

Alfonso Basterra, periodista, fue detenido al día siguiente, tras un registro en una de las viviendas de su exmujer en la que los agentes creen que se produjo la muerte.

¿Es la muerte de la niña de Muimenta un caso similar? Es pronto para asegurarlo, pero personas relacionadas con el caso ya lo comentaron como tal justo después del crimen: por la actitud de la madre, Ana Sandamil, por la existencia de fármacos, por el sospechoso modo en que fue encontrada la niña. Obviamente, en este caso el padre, José Manuel Leal, no tiene nada que ver porque ni siquiera estaba en la localidad de Muimenta.