Equilibrismo en el lago pontés

Unas 200 personas pasaron este verano por los cursos de paddle surf que organiza el club Náutico Folixa, que este año impulsa rutas al atardecer para ver la puesta de sol desde el agua
Rutas 'sunset' en el lago pontés. EP
photo_camera Rutas 'sunset' en el lago pontés. EP

El coronavirus se llevó muchas cosas por delante este verano, pero no todas. Las actividades al aire libre ganaron seguidores y el paddle surf, que promueve el club Náutico Folixa en el lago de As Pontes desde hace seis veranos, se afianzó este con equilibrismos sobre el agua que ya probaron unas 200 personas.

"Empezamos más tarde este año, en el mes de julio, debido a la situación sanitaria, pero ahora que septiembre viene bueno lo estiraremos hasta que el tiempo nos lo permita", dice Iván Pena, del club pontés, que indica que se centraron en las clases porque lo que sí desapareció del calendario fueron las competiciones.

"Lo que hemos notado es que ha habido menos niños y más adultos, porque se cancelaron muchos campamentos y ahí se nota, pero estamos contentos de cómo está funcionando", dice el responsable del club y uno de los dos monitores que dan los cursos en el lago.

Las normas se han hecho más estrictas -hay que llevar mascarilla hasta entrar en el agua y es obligatorio desinfectar todo el material, tablas y neoprenos, como marca el protocolo de la Federación Gallega de Piragüismo-, pero si algo es fácil en el lago, con 18 kilómetros de perímetro, es mantener la distancia.

"Ha habido un boom este verano a nivel general. Las empresas que venden material han agotado hasta noviembre», dice, mientras indica que el club pontés dispone de unas 20 tablas -también hacen actividades en Cedeira y A Coruña-, horario flexible y clases en grupo o individuales. «El único requisito es tener más de ocho años y saber nadar", dice.

La novedad de este año fueron la rutas sunset para disfrutar de la puesta de sol desde el agua. "A esa hora suele hacer menos viento, el lago está más tranquilo, hay menos gente en la playa y está más bonito", dice el responsable del club, mientras indica que «se animó bastante gente».

"Han tenido éxito", apunta, al tiempo que explica que, sin puesta de sol, cualquier momento es una buena opción: "Lo bueno del lago es que siempre se puede hacer paddle surf porque dependiendo de donde venga el viento se va a una zona o a otra".

En las clases, que van desde los 45 minutos a las dos horas, siempre se está acompañado de un monitor y dependiendo del nivel se diseñan los recorridos. Lo primero y fundamental es el equilibrio.

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