Endesa baraja la opción de arrancar de nuevo la central térmica de As Pontes

Es una de las alternativas que estudia a petición de la operadora y ante la posibilidad de que se registre un invierno muy frío o se produzcan alteraciones en el mercado internacional del gas
La central, con los cuatro grupos apagados. AEP
photo_camera La central, con los cuatro grupos apagados. AEP

Endesa estudia arrancar de nuevo la central térmica de As Pontes. Es una de las opciones que baraja a petición de la operadora del sistema eléctrico y ante la posibilidad de que se registre un invierno muy duro y frío o de que se produzcan alteraciones en el convulso mercado internacional del gas.

La central pontesa está "disponible y operativa", recuerdan desde la eléctrica. Una situación en la que entró el pasado 30 de junio, tras la solicitud de cierre anunciada en enero de este mismo año. Durante todo el verano no se volvió a poner en funcionamiento ninguno de los cuatro grupos.

El personal propio comenzó a ser trasladado a otras centrales que Endesa tiene repartidas por distintos puntos de España, mientras que los que se quedaron en la instalación comenzaron con los trabajos previos al desmantelamiento.

Este fue cifrado por la eléctrica en 48,5 millones de euros, un proyecto que fue presentado junto al estudio del impacto ambiental del desmontaje, un requisito exigido por el Ministerio de Transición Ecológica para que el derribo de la planta pontesa se sometiese a un proceso ordinario y no simplificado como ocurrió en el resto de centrales de carbón que echaron el cierre hasta ahora en España.

PARTIDO POPULAR. La reactivación de la central térmica pontesa fue puesta sobre la mesa por el PP en el Parlamento gallego hace solo unos días. Así, solicitaron al Gobierno central que estudiase esta posibilidad "para estabilizar a escalada de prezos da electricidade", recordando que Endesa tiene disponibles todavía "40.000 toneladas de carbón".

Un final en constante suspenso
El 2019 fue un año clave para los ponteses. En abril, la térmica frenó en seco su producción debido al mayor peso de las renovables y al aumento del precio del CO2 en el mercado. En septiembre, Endesa anunció la "discontinuidad de la producción" después de haber invertido más de 200 millones de euros para adaptarse a la nueva normativa europea de emisiones y, en diciembre, solicitó el cierre definitivo. Pero ese final siempre estuvo en suspenso.

Biocombustibles. El Gobierno supeditó el cierre a unas pruebas con biocombustibles que no se realizaron hasta septiembre de 2020. Los agentes implicados se mostraron favorables a los test, pero en enero de 2021 Endesa confirmó el cierre argumentando inviabilidad económica, técnica y medioambiental.

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