La excelencia académica al cuadrado

Aroa y Alba López Rivas, dos gemelas de Castro de Ribeiras de Lea, son casi idénticas en físico y en currículo académico brillantísimo. Ambas han logrado una media redonda de 10 en los dos cursos de bachillerato que han estudiado en el IES da Terra Chá Xosé Trapero Pardo

Alba y Aroa López Rivas. MARTA MANCEBO
photo_camera Alba y Aroa López Rivas. MARTA MANCEBO

Hay excepciones y casos todavía más extraordinarios. Mucho se habla de la conexión inusual que existe entre gemelos, individuos que son físicamente casi exactos pero que también pueden compartir muchas otras cualidades. En el caso de Aroa y Alba López Rivas, dos hermanas gemelas de 18 años de Castro de Ribeiras de Lea, suman también un idéntico currículo estudiantil que es, además, brillantísimo. Son la excelencia académica al cuadrado.

Las dos han logrado una media de 10 en los dos cursos de bachillerato que han cursado en el IES da Terra Chá Xosé Trapero Pardo de Castro -Alba en la rama de Física y Aroa en la de Biología-, una nota tan redonda como merecida después de muchas horas de estudio y esfuerzo en medio de una pandemia.

"El año pasado todos hicimos lo que pudimos. Nadie estaba preparado para la digitalización, ni para formarnos desde casa, se perdieron muchas cosas que tuvimos que recuperar este curso, fue muy difícil", reconoce Aroa, mientras Alba confirma que durante el confinamiento consultaron mucha información por su cuenta "también durante el verano, para empezar segundo lo más preparadas posible".

Solo una recibirá la matrícula de honor, ya que Educación concede estos reconocimiento por número de alumnos

Y es que si ya es complicado afrontar el último curso en una situación normal, lo es todavía más en una atípica, entre mascarillas y gel hidroalcohólico, y con una distancia social que impide a los jóvenes ese respiro tan necesario entre examen y examen.

En este último curso, que comenzó "unas semanas más tarde" para que el centro se adaptase al protocolo covid-19, también tuvieron que hacer "cuarentena" por un positivo en su aula.

Obstáculos que estas dos jóvenes chairegas fueron superando a base de un hábito de estudio que ya interiorizaron desde niñas, tal y como reconoce su madre Marisol, "orgullosísima" de todo lo que han ido consiguiendo sus hijas, centradas ahora en repasar "mañana y tarde" -con pequeños descansos- para lograr la máxima calificación en las pruebas Abau, que se celebrarán los días 8, 9 y 10 de junio.

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"Somos muy perfeccionistas. Van a ser días muy intensos porque nos jugamos todo en apenas seis exámenes", dicen casi al unísono, mientras enumeran las opciones académicas que barajan para su futuro próximo, ya lejos de Castro.

Alba está indecisa entre las carreras de "Matemáticas, Física o el doble grado", aunque también le atraen Psicología o Criminología. Aroa, a la que le encantan los idiomas -se puso a estudiar coreano durante el confinamiento- tiene como opción principal Medicina -de hecho le gustaría poder hacer voluntariado en África o en algún país en guerra-, pero tampoco descarta otras opciones como Farmacia o Márketing. Todo dependerá de la nota final que consigan.

Lo que sí tienen claro es que se irán juntas. "No sabemos si a Santiago, Madrid o Barcelona, pero juntas, seguro", afirman, reconociendo que ya va a ser un cambio brusco adaptarse a la nueva rutina universitaria "como para separarnos, eso ya sería una ruptura total", comentan con una sonrisa.

COMO UNA FAMILIA. Aunque tienen ganas de empezar esa nueva etapa de "independencia", aseguran que van a echar mucho de menos su vida en el instituto, donde se sentían como en casa. "Somos como una familia", aseguran, "y estamos muy agradecidas por haber compartido con nuestros compañeros y nuestros profesores -también recuerdan con especial cariño a los del Ceip Veleiro Docampo-, ya que han sido unos años muy bonitos en los que nos han enseñado a perfilar nuestra personalidad", afirman con madurez.

Y es que durante esta etapa, que están a punto de despedir, además de hacer amigos y lograr unas calificaciones extraordinarias, Alba y Aroa tuvieron la oportunidad de participar "en un programa antibullying, organizar la biblioteca o intervenir en reuniones feministas", enumeran con orgullo las jóvenes, que por lo único que se muestran un poco contrariadas es por no poder recibir las dos su merecida matrícula de honor.

La Consellería de Educación concede estas distinciones -un mérito en el currículo escolar, que también ofrece la posibilidad de cubrir el coste del primer año de carrera- en función del número de alumnos de cada centro educativo. "Conceden una por cada 20 y en el IES da Terra Chá somos 25", explican estas gemelas 10, "tristes" por no poder disfrutar de algo que debería corresponderles.

Y es que si ya es difícil llegar a la nota máxima, casi resulta imposible que las que la consigan sean dos hermanas y, encima, gemelas. Dos jóvenes brillantes que han trabajado duro para mejorar día a día, no solo para tener más conocimientos, sino para ser mejores personas. Una meta sobradamente alcanzada.

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