La empresa de reciclaje de plásticos, cartones y papel Ambigal 360 confirmó que el próximo lunes empezarán las tareas para proceder a la demolición de las instalaciones que tiene en el polígono industrial Sete Pontes de Vilalba y que se vieron totalmente afectadas por un voraz incendio ocurrido el pasado 13 de abril.
Casi dos meses después del fatídico suceso, y tras realizar numerosos trámites -esta semana están cerrando los planes de seguridad-, se procederá a tirar abajo lo que queda de las dos naves incendiadas, valladas por seguridad desde entonces y con numeroso material que todavía está incandescente en su interior.
"A idea é demoler e volver construír, volver levantar a planta onde estaba", informaron desde la empresa, que quiso también agradecer todo el apoyo recibido, la colaboración de vecinos, bomberos y administraciones y que el Concello agilizara los trámites para poder tener listo ahora el proyecto de demolición.
La planta de revalorización y aprovechamiento de residuos sólidos, que cuenta con cerca de una veintena de trabajadores, no cesó su actividad, a pesar de lo ocurrido. Cuando se inició el incendio, los operarios pudieron salvar los vehículos y, así, continúan realizando la recogida de material, que ahora derivan a las otras instalaciones de la firma, ubicadas en Vilanova de Arousa y Coirós. Con la recuperación de las instalaciones de Vilalba el proceso será de nuevo más ágil al ahorrar en desplazamientos.
El incendio en la planta de Ambigal 360 el pasado mes de abril causó gran conmoción en su momento dada la virulencia de las llamas, que obligaron a emplearse a fondo a todos los medios desplazados, que no fueron pocos.
Los bomberos de Vilalba, Sarria, Barreiros, Monforte, Lugo y Eume, los GES de Friol-Palas y Monterroso, carrocetas contraincendios y el helicóptero de la brigada de Marroxo, a los que se unieron también tractores y cisternas particulares o incluso camiones de las lácteas de la localidad, trabajaron a fondo para evitar que las llamas se propagasen a otras naves contiguas, lo cual se consiguió.
El estado en el que quedaron las paredes y los tejados de las naves entraña un gran peligro, por lo que no se pudo trabajar para quitar el material afectado, que continúa consumiéndose y ahora podrá ser retirado.
Los bomberos acuden casi cada día a vigilar la zona y refrigerar el material
El arduo trabajo realizado por los bomberos no se limitó solo al propio día del incendio y los más inmediatos, sino que se prolonga hasta la actualidad, si bien es cierto que se redujo su intensidad.
La gran cantidad de material que había almacenado en las instalaciones de Ambigal 360 dificulta que el fuego esté totalmente extinguido, dado el calor que aún se almacena en las montañas de restos que hay en el interior de lo que queda de la nave.
"El material sigue incandescente y hay que dejarlo arder. Y está tan comprimido todo que dentro está ardiendo todavía. Según se va consumiendo, a veces se desprende algo y genera una pequeña llama sin importancia", explican desde el parque de bomberos vilalbés, al tiempo que apuntan que prácticamente todos los días van a la zona —a veces incluso por la mañana y por la noche— a controlar que no haya problemas y a refrigerar.
"Aún sigue saliendo humo y hay veces que pasa gente por delante, lo ve y avisa al 112, por lo que tenemos que salir cuando en realidad ya estamos pendientes. Hasta que se saque todo esto de aquí seguirá pasando", añaden.