Un 'déjà vu' en el banquillo

La Justicia ordenó repetir juicios como el de O Chucán, el del cura Silvaje o el de un chantadés que abusó de sus hijos menores
José Carnero, O Chucán, en la segunda vista celebrada contra él en noviembre de 2012. AEP
photo_camera José Carnero, O Chucán, en la segunda vista celebrada contra él en noviembre de 2012. AEP

Establece la Ley que nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos, a no ser que una instancia superior anule una sentencia y obligue a repetir el juicio. El caso de Ana Sandamil -que volverá a sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia para someterse a un procedimiento por el que ya pasó-, resulta excepcional, pero no es el único caso que se registró en Lugo.

Uno de los más sonados fue el de José Carnero Fernández, conocido como O Chucán, acusado de matar a una prostituta en su vivienda de Sober en septiembre de 2007. El hombre fue juzgado en 2011 y un jurado popular lo declaró inocente. Sin embargo, tan solo unos días después de conocerse la sentencia, O Chucán -que había sido parco en palabras durante el juicio-, reconoció a un periodista que había cometido el crimen.

Con el escándalo servido, tanto el fiscal como la acusación particular presentaron un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que declaró la nulidad de la sentencia absolutoria -basándose en la "insuficiente motivación" del veredicto- y obligó a celebrar un nuevo juicio con un nuevo jurado popular. El Tribunal Supremo confirmó la nulidad y el nuevo tribunal lo acabó condenado a diez años de prisión. El soberino cumplió su pena y quedó en libertad en julio de 2019, aunque una pelea con un compañero de residencia lo llevó de regreso a la cárcel.

Más recientemente, la Audiencia Provincial de Lugo repitió otro juicio contra un hombre acusado de abusar sexualmente de sus dos hijos menores en Chantada. La primera vista se celebró en julio de 2020 y la defensa solicitó la suspensión para que los dos niños prestaran declaración de forma presencial, pero la sala lo estimó "improcedente" y únicamente se visionaron las declaraciones que las víctimas habían realizado ante el equipo pedagógico.

El hombre fue condenado a nueve años de prisión, pero el letrado de la defensa presentó un recurso ante el Tribunal Supremo, que lo estimó y ordenó repetir el juicio para que los dos menores prestaran testimonio en la Audiencia y fueran sometidos al interrogatorio de las partes. Los niños, que declararon a puerta cerrada, mantuvieron la acusación contra su progenitor.

En el mes de julio, el TS también ordenó repetir el juicio contra José Emilio Silvaje, el párroco que había robado multitud de objetos religiosos de valor de parroquias de Ribadeo y Trabada para valorar como prueba los informes médicos que indican que pudo actuar condicionado por un trastorno esquizofreniforme.