Darío Villanueva: "En España, la cultura no está en la agenda de los gobernantes"

El catedrático vilalbés repasa en su nueva obra, De los trabajos y los días: Filologías, su vida intelectual, universitaria y académica tras dedicar casi una década a la Real Academia Española, en la que ocupa la silla D, y ocho años a ser rector de la USC. Un todoterreno que erige al tenis, una de sus grandes pasiones, como una "escuela incomparable"
ESPA—A DICCIONARIO RAE:GRA010 MADRID,11/10/2014.-El secretario de la Real Academia EspaÒola, DarÌo Villanueva, durante la entrevista con EFE en la que afirma que la instituciÛn afronta ya "el gran reto" del futuro con la presentaciÛn, dentro de cinco dÌas, del nuevo Diccionario de la Real Academia EspaÒola. EWFE/Fernando Villar
photo_camera Darío Villanueva. FERNANDO VILLAR (EFE)

El vilalbés Darío Villanueva, exdirector de la RAE, antiguo rector de la USC, catedrático, crítico, investigador, tenista en sus ratos libres y coleccionista de títulos y reconocimientos, vuelve a sacar su faceta como autor con la obra De los trabajos y los días: Filologías (Publicaciones de la USC, 2020). 

¿Qué va a encontrar el lector?

Yo defino el libro como unas "confesiones híbridas”; es decir, una especie de autobiografía intelectual, universitaria, académica con algo (no mucho) de personal.

Hace unos meses decía que el confinamiento le estaba sirviendo para escribir y leer más. ¿Este trabajo es fruto de ese parón?

Parcialmente sí. En primer lugar, es fruto de mi jubilación por los 70 años. Mis discípulos de la Universidad me pidieron que escribiera algo sobre mi trayectoria de 48 años como profesor de la USC, que incluye en parte la propia historia académica de todos ellos pues se formaron y crecieron conmigo. El confinamiento me dio tiempo sobrado para escribir esta autobiografía con mayor detalle y amplitud que en otras circunstancias, y me ayudó además a sobrellevarlo placenteramente.  

En alguna entrevista hablaba de que nunca le ha gustado renunciar a nada. ¿Es eso lo que le ha hecho tener la trayectoria que tiene?

En realidad esa es una cita de Ortega y Gasset, para quien la gran tragedia humana es tener que estar eligiendo continuamente entre una cosa y otra, cuando nuestra naturaleza nos inclinaría a no renunciar a nada. Siempre he tenido a este filósofo español como una fuente de inspiración desde muy joven, y reconozco que para lo que usted me pregunta la respuesta está en su cita.  

Ha sido un todoterreno profesionalmente hablando. ¿De qué faceta ha aprendido más?

Me considero una persona normal, y en consecuencia, como nos ocurre en general a las mujeres y a los hombres, he aprendido de todas mis experiencias. Y si he de ser sincero, desde los quince años, con un maestro inolvidable no ha mucho fallecido que fue Jesús Sánchez, aprendí mucho del juego del tenis en el que me inicié en el club fluvial lucense y que sigo practicando hasta hoy como tenista anciano. Aparte  de lo físico, el tenis es una escuela incomparable de estrategia, de psicología, y de aprendizaje para cómo asimilar tanto los éxitos y los fracasos. En mi caso, por supuesto, más de los segundos que de los primeros.

"Nunca volvería a dirigir la RAE, fue una etapa decepcionante y no me satisfizo moralmente lo que vi desde dentro"

Accedió a dirigir la Real Academia Española en un momento delicado para la entidad, sobre todo en lo económico. ¿Volvería a ocupar el cargo?

Nunca volvería. Yo mismo anuncié al pleno de la RAE tres meses antes de la elección de director, que en mi caso sería reelección, que no quería seguir siéndolo. Y cuatro años antes había sido elegido con 28 votos de 35 votantes. Esa etapa fue decepcionante para mí, y no por los problemas económicos, que fueron muchos, y la falta de apoyo institucional, en España, la cultura simplemente no está en la agenda de los gobernantes. No me satisfizo moral ni institucionalmente  lo que vi desde dentro, pese a que mis cinco años anteriores como segundo de abordo, como secretario de la Academia, habían sido felices. A título personal, estoy satisfecho de mi intensa dedicación durante nueve años seguidos a la RAE. Y eso es lo más importante.

¿Con qué retos llegó a la silla D?

Cuando fui elegido como académico, en julio de 2007, lo único que pretendía era ser un académico digno y útil a la institución, sin ninguna otra ambición. Leí mi discurso de ingreso un año más tarde, en junio de 2008, y en septiembre quebró Lehman Brothers. Y de manera hasta cierto modo incomprensible, un año más tarde, estando yo en el hospital recuperándome de las intervenciones quirúrgicas provocadas por un grave accidente de coche, fui elegido in absentia, secretario de la corporación sin que se me hubiese consultado nada previamente. Cuatro años después fui reelegido por unanimidad secretario, y en 2014 director de la RAE. 

¿Qué salud tiene la institución, con más de 300 años?

Sigue siendo la única academia en el mundo que preside una asociación de otras 23, radicadas en  Asia, África y Europa y reunidas en Asale, detrás de las cuales hay 600 millones de hispanohablantes.  

"En Cataluña intentan practicar con el castellano la misma política que Franco quiso aplicar con el catalán"

Ahora el desafío está en la concepción que hay del castellano. ¿Qué supone la supresión del término ‘vehicular’ en la educación?

Un intento más de echar abajo la Constitución democrática de 1978, la primera que reconoce el plurilingüismo del Estado español y la cooficialidad del gallego, catalán y eusquera.  Avance histórico al que se ha respondido con una absoluta deslealtad institucional por parte de los nacionalistas, ante los que ahora se humilla el gobierno del Estado.

Pero en la práctica, ¿se notará ese cambio?

No, porque fundamentalmente en Cataluña hace tiempo que se han puesto la Constitución por montera, e intentan practicar con el castellano la misma política que Franco quiso aplicar al catalán.

¿Se están aprovechando los políticos de esta coyuntura para hacer, precisamente, política?

De esto, no tengo la más mínima duda.

Siempre ha dicho que las lenguas son instrumentos para el entendimiento, pero el conflicto político y social está servido.

Es la prevaricación máxima, y el político irresponsable y malintencionado que a propósito de  las lenguas siembra truenos, espera recoger tempestades.

El español es el segundo idioma más hablado del mundo. ¿Cuáles son las claves para mantener esa tendencia al alza?

Evidentemente, está el factor demográfico. En USA ya hay 50 millones de hispanohablantes, que constituyen la minoría más amplia del país. Es la segunda lengua con mayor número de hablantes nativos, después del chino mandarín, y la segunda también por número de los que la estudian como lengua extranjera. Y yo no dejo de valorar la influencia del poder y la riqueza de la cultura que se expresa en español, tanto en el plano más culto como en el popular: literatura, cine, música, etc.

¿Más hispanohablantes implica un deterioro de otras lenguas minoritarias?

No tiene por qué ser así. El bilingüismo no es una anomalía perversa, sino una condición cada vez más generalizada en nuestro mundo de hoy. Por ejemplo, en los países nórdicos se favorece el aprendizaje y el uso de la otra lengua global, el inglés, para facilitar la formación y las oportunidades de los ciudadanos.

La RAE también se ha subido al carro de los nuevos tiempos, incluyendo nuevos términos, pero muchos le achacan lentitud. ¿A qué se debe?

A que la RAE no va por delante de la lengua, sino detrás (y después) de las decisiones de sus hablantes, que son sus verdaderos dueños.

¿Está previsto hacer modificaciones con respecto al lenguaje inclusivo o no son necesarias?

La lengua se ha dotado a sí misma de unas leyes gramaticales que vienen de mucho antes de la creación de las RAE en 1713. No hay que confundir la gramática con el machismo. Los cambios vendrán de su propia dinámica interna, no por imposición de nada ni de nadie. Por ejemplo, los que propugnan que en vez de ellas y ellos hay que decir y escribir 'elles', ¿cómo van a obligar a 600 millones de hispanohablantes en cuatro de los cinco continentes a que asuman y practiquen su ocurrencia?

Retrato de Villanueva como rector saliente. XAIME QUESSADA

"A todos los anglicismos les tengo tirria, pero la estupidez mayor es llamarle 'tablet' a la tableta"
¿Qué hace cuando no lee ni escribe?
Vivo. Me encantar pasmar. Y también hablar con gente, jugar al tenis, escuchar música y ver cine.
¿Qué echa de menos de Vilalba?
Toda mi infancia, y a mis padres y abuelos vivos. Y a mis amigos de los veranos.
El reconocimiento que guarda con especial cariño...
Todos los que he recibido porque, sinceramente, nunca he creído que fuera para tanto.
¿Qué historia hay detrás de la ardilla que sale junto a usted en su cuadro como rector saliente, de Xaime Quessada?
La cuento en mi libro, es cierta, no una invención, y está plasmada en el retrato que Xaime Quessada me hizo para la galería de rectores de la USC. En mis últimos años como rector de la USC se aposentó en el claustro del pazo de San Xerome, sede del rectorado, una ardilla que enseguida se convirtió en la estrella del lugar. Cuando los fines de semana yo iba a trabajar solo en mi despacho, ella y yo éramos los únicos inquilinos del recinto, y cuando me veía descansar paseando por el claustro superior, ella triscaba hasta encontrarse conmigo. Pero el granito de los muros fue desgastando sus gadoupas, y al final se caía siempre sin alcanzar su objetivo. Y por el instinto natural de supervivencia, acabó por irse, supongo que a una fraga o bosque. Yo también lo hice a su ejemplo después de ocho años como rector.
¿Es más de creer en el azar o de buscar uno su propia suerte?
Creo que somos dueños y responsables de nuestro destino, pero reconozco asimismo que existe la suerte, que para mí no es otra cosa que lo que los ingleses definen como estar en el lugar oportuno en el momento oportuno.
¿Qué le trajeron los Reyes?
Como en 2020 me he portado francamente bien me han traído varias cosas. Entre ellas, unas zapatillas nuevas, dos libros (el de Baltar, escrito por Suso de Toro, y el de El Quijote y Orson Welles, de Agustín Sánchez Vidal), o una foto enmarcada de mi hijo y yo en la cancha de tenis.
Una palabra del diccionario. 
Con alba: el amanecer, lo blanco. Nombre de mujer también.
¿Cuál incluiría en él? ¿Y cuál quitaría?
Quitaría cualquiera que ya no tuviese uso y ocupara un sitio que mereciera una palabra nueva. E incluiría algún vocablo que el uso mayoritario impusiera como imprescindible.
¿A qué anglicismo le tiene especial tirria?
A todos. Pero la estupidez mayor es llamarle 'tablet' a lo que simplemente es tableta.
Los tacos, ¿mejor en castellano o en gallego?
Como le salgan a uno en el momento, y contribuyan a un mejor desahogo.
Una palabra en gallego.
Anceio.
Un libro de su colección.
El Quijote de Miguel de Cervantes.
¿Quijote o Sancho?
El realismo de Sancho y la utopía de Alonso Quijano el Bueno.

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