La cultura urbana toma la calle en Guitiriz

El primer Urban Witiricus, promovido por los más jóvenes de la asociación Xermolos, acoge talleres de grafiti, parkour, break dance o batallas en un festival que nace con la intención de consolidarse

Realización de grafiti en el Urban Witiricus. C.ARIAS
photo_camera Realización de grafiti en el Urban Witiricus. C.ARIAS

"Es una forma de acercar la cultura urbana a la gente que no está acostumbrada a estas actividades y concienciar, ir contra la concepción de que es algo malo o ilegal", explicaban ayer a primera hora de la tarde algunos de los jóvenes encargados de organizar el primer Urban Witiricus, un festival que promueve la asociación Xermolos en colaboración con algunos establecimientos comerciales y hosteleros de Guitiriz.

"Esperábamos ver menos gente por la mañana pero parece que les llamó la atención el taller de graffiti y muchos se acercaron a ver. Estaba la valla llena y opiniones habrá de todo pero el muro era más feo antes que ahora", decían David, Jose, Pedro, Adrián, Carlos, Sabino y Gabriel, jóvenes de entre 18 y menos de 30 años, mientras varios miembros de la asociación lucense Otro Prisma llenaban de color un muro, que comparte titularidad privada y municipal.

El grafiti, que incluye varios dinosaurios y un espacio reservado en el centro para el nombre del festival -"para que quede para la posteridad"- fue la primera de muchas actividades. El vilalbés Antón Noriega impartió clases de iniciación al parkour, B-Boy Kawa realizó un taller y una exhibición de break dance, tras la que se organizaron batallas.

Hubo conciertos con Alto Asalto, Xenderal, Kali Aka La Negra, Menina Arroutada, Caustica & Euforia, Sabino & Japo o Valio & Aquario

"Aquí no hay tanto afición como en ciudades como Vigo, Pontevedra o A Coruña, pero el parkour es algo que crece. Al principio costaba mucho que la gente lo entendiese y no llamasen a la Policía Local al vernos saltar, pero poco a poco se van acostumbrado", explicaba Antón Noriega, un joven que fue uno de los promotores de esta disciplina en la capital chairega e impartió clases durante años en la Casa da Xuventude de Lugo.

"Me gusta transmitir lo que sé, pasar el vicio a otra gente y se ve que a los chavales les gusta y están evolucionando bien", decía mientras varios niños y niñas se iniciaban en el parkour en el Campo da Feira.

"El Urban Witiricus nace para quedarse, si es posible que perdure en el tiempo. Es un mundo que tiene muchas disciplinas y el objetivo es ir aumentando las actividades", decían los organizadores del festival, en una tarde calurosa en la que el sol se puso de su lado para permitir que los talleres se realizasen con éxito, al tiempo que destacaron la colaboración de Xermolos y de patrocinadores como el bar Soa o la participación de la guitiricense Lucía Campos, que diseñó el cartel de esta primera edición. "Sin ellos no sería posible", apuntaron. El festival se financia con la venta de rifas y las aportaciones de los colaboradores.

Cuando empezó a caer el sol arrancaron los conciertos, en un escenario con un mensaje claro: "Por un Lugo vivo e diverso. O Urban Witiricus contra a ordenanza mordaza". El primero fue Xenderal, referente de beatbox, que ofreció un concierto-taller en el que explicó conceptos y técnicas básicas. Después se subieron al escenario dos guitiricenses, Sabino & Japo -este último está a punto de lanzar su primer disco, 'Ausencias'-; Alto Asalto y Menina Arroutada, ambos de Compostela, continuaron con la música, y cogieron el relevo Cáustica, de Cervo, y Euforia, de Ferrol. Kali Aka La Negra, de Lugo; Valio y Aquario, de Compostela, y Tami, de Pontevedra, completaron un cartel que cerró el Dj local Losi.

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