Cruzar el charco en la búsqueda de un sueño

Oniel Rodríguez partió de su Cuba natal hace tres años. En 2022 consiguió exponer su obra en Burela. Ahora, asentado en Vilalba, convierte rincones en puro arte a través de su pincel y sus acuarelas
Oniel Rodríguez pintando en Vilalba. EP
photo_camera Oniel Rodríguez pintando en Vilalba. EP

"Me marché de Cuba buscando un sueño", así comienza la historia de Oniel Rodríguez, un pintor que partió de su país, como muchos compatriotas, en búsqueda de un futuro mejor en otro continente. Su viaje arrancó hace tres años, cuando aterrizó en el frío de Moscú. Allí solo estuvo cuatro meses, antes de mudarse a Grecia, donde vivió un año y medio. Por fin, el destino lo trajo a Galicia, en un primer momento a Vilalba, la capital de A Terra Chá, donde tenía un amigo.

Solo estuvo 21 días en la localidad vilalbesa, hasta que encontró un trabajo en Burela. Esta ocupación no tenía nada que ver con la verdadera pasión de Oniel, la pintura. Sin embargo, el artista cubano nunca dejó de utilizar el pincel y las acuarelas para plasmar en su cuaderno todos los parajes que iba visitando.

Comenzó a pintar los diferentes paisajes mariñanos, en lugares como Ribadeo, San Cibrao, Viveiro o Burela, compartiendo sus dibujos a través de las redes sociales. "Varias personas me pedían que hiciese una exposición. Conseguí un contacto en la casa de la cultura y tuve la suerte de que me publicaron", explica Oniel Rodríguez. Así nació Burela Bonita, 19 obras que encerraban la belleza de la localidad con los barcos como protagonistas. Un primer paso para el reconocimiento a su esmerado trabajo.

El pasado noviembre se mudó a Vilalba, un lugar que le encandiló desde el primer instante. "Me gustó mucho la estructura, ligada a lo antiguo. Me llamaron la atención las construcciones. Incluso los edificios abandonados tienen su encanto, son pintorescos", comenta Oniel. Estos últimos meses, su trabajo se ha centrado en reflejar algunos lugares de la localidad. Descubriendo los rincones de Vilalba, titula sus cuadros para que todos sus seguidores sepan donde se encuentra.

Una de las obras de Oniel Rodríguez sobre Vilalba, que refleja la Pravia y la Praza de Suso Gayoso. ep
Una de las obras de Oniel Rodríguez sobre Vilalba, que refleja la Pravia y la Praza de Suso Gayoso. EP

Oniel Rodríguez no duda cuál es su lugar preferido en el pueblo. "La zona del paseo fluvial, lo he recorrido un par de veces. Me encanta", explica. De hecho, lo ha pintado en diferentes ocasiones, así como el Muíño do Rañego o la Praza de Suso Gayoso. Sus ilustraciones ya están causando furor en las redes sociales y no sería nada descabellado ver una exposición semejante a la realizada en Burela. "Aún no es oficial, pero está cerca. Faltan los trámites. Sería un orgullo mostrar mi obra en la casa de la cultura de Vilalba", confirma.

El artista cubano empezó a pintar siendo un niño y poco después de que su pincel tocase la hoja de un cuaderno, supo que quería dedicarse profesionalmente al arte. Abandonó la idea de ser médico y su madre, que quería que estudiase arquitectura, lo respetó. Así, estudió en la escuela de instructores de arte 13 de Marzo, en Cuba. En su país de origen vivía de pintar, pero no podía aprovechar al máximo los beneficios que sus obras le aportaban.

Oniel sueña con poder impartir clases de pintura en la capital de A Terra Chá. "Quiero ser profesor, dar clases de acuarela aquí. Aún no he organizado nada, empezar de cero cuesta. Me encantaría ganarme la vida de esto", explica. El artista quiere compartir la pasión que siente. "Para dedicarse a la pintura hay que amarla. No voy a decir que lo es todo, porque mi esposa está embarazada y estaría feo", dice entre risas. Ya se sabe que ‘cada niño trae su pan debajo del brazo’, quizás, el hijo de Oniel traiga consigo algún sueño cumplido para el padre en un futuro no muy lejano.

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