La muerte de Desirée, un crimen que conmocionó a todos

El 3 de mayo de 2019 era un día cualquiera, que se convirtió desde muy temprano en una trágica fecha que quedará grabada para siempre en la memoria colectiva con un crimen que conmocionó a todos. Desirée Leal, de siete años, fue hallada sin vida en la cama en la casa en la que vivía con su madre y con su abuela en Muimenta (Cospeito). Y lo que en un principio parecía desde fuera una desgracia por una muerte natural se transformó muy pronto en un trágico suceso que enmudeció a una localidad donde el hermetismo fue aumentando con el paso de los días, al igual que lo hizo también el dolor.

Tras la tensa calma, todas las sospechas se confirmaron y la madre de Desirée, Ana Sandamil, miembro de una familia muy conocida y querida en la localidad, se convirtió en la única acusada por el crimen de la pequeña, una niña alegre a la que todos recuerdan todavía hoy como "muy cariñosa" y siempre acompañada de una "gran sonrisa", que repartía sus días entre Muimenta, donde vivía, con A Coruña, donde reside su padre, y la parroquia xermadesa de Roupar, de donde es toda la familia paterna y donde fue enterrada el 5 de mayo de 2019.

Casi tres años después de aquel fatídico día, cuando para muchos aún es todavía difícil recordar y, sobre todo, verbalizar lo ocurrido, la madre de la menor, que se encuentra en prisión provisional, comunicada y sin fianza en la cárcel de Teixeiro, se sentará en el banquillo como única acusada de un delito de asesinato con alevosía, concurriendo las agravantes de parentesco, pero con atenuante de anomalía o alteración psíquica.

Y lo hará enfrentándose a una prisión permanente revisable, pena que solicita tanto la acusación particular, en nombre del padre de la niña, José Manuel Leal; como la acusación popular, a cargo de la Fundación Amigos de Galicia, y la propia Fiscalía, que en su escrito de acusación argumenta que la madre de Desirée "urdió un macabro plan dirigido a acabar con la vida de su hija", a la que "agarró con sus manos por ambos lados del cuello, con suma violencia, para asfixiarla" después de haberle suministrado un fármaco para inducirla al sueño.

El juicio, que arrancará mañana en la Audiencia Provincial de Lugo, se desarrollará en seis jornadas -desde este lunes hasta el viernes y también el próximo lunes 14, días en los que amigos de la familia paterna se concentrarán de 9.30 a 10.30 horas en el exterior para mostrar su apoyo- y por la sala pasarán, además de la propia acusada, 22 testigos, 21 peritos, 16 agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación y tres facultativos.

Ana Sandamil será juzgada por un jurado popular, que será escogido por las partes de entre los candidatos citados por sorteo, en la primera jornada del juicio, en la que declararán la abuela materna de la niña, un técnico del 061, el padre y el hermano del padre.

La Fiscalía y la acusación popular piden, además de la pena de prisión permanente revisable, una indemnización de 300.000 euros para el padre, mientras que la particular, que solicitará el aplazamiento del juicio debido a la imposibilidad de acceder a dos teléfonos que le fueron requisados a la madre, pide 120.000 euros. Tienen casi asumido que se les denegará el aplazamiento, después de que los magistrados de la Audiencia Provincial de Lugo ya apoyasen antes el auto de la jueza de instrucción de Vilalba al desestimar los recursos en los que solicitaban nuevas diligencias, pero lo intentarán igualmente.

Por su parte, la baza del estado mental de la madre, que fue diagnosticada de un trastorno de personalidad de tipo mixto y de un trastorno psicótico, los cuales pudieron afectar de manera parcial a sus capacidades intelectivas y volitivas, será la que tendrá que jugar el abogado de la acusada, Luis Rifón, que se basará en su estado psíquico para tratar de conseguir un atenuante total o parcial.

Porque ni para él, ni para ninguna de las partes involucradas existen muchas dudas a estas alturas sobre que fue la madre de la pequeña la autora del crimen.

Tras una larga instrucción, la responsable del Juzgado número 1 de Vilalba dictó a mediados del pasado mes de marzo auto de apertura de juicio oral contra la madre de la niña al entender que de las diligencias se desprende "la existencia de indicios racionales de criminalidad" contra ella.

"Habrá que discutir en la vista oral sobre la capacidad de la madre en el momento en el que cometió el crimen", expresó el abogado de la acusación popular, Francisco José Lago, que aseguró que es ahí donde está "el caballo de batalla" del caso. "Nosotros defendemos que tenía capacidad suficiente para comprender el alcance de sus actos, al menos para exigirle responsabilidad penal por ello", concluyó, en una tesis muy similar a la que defiende el abogado de la acusación particular, José Manuel Ferreiro.

A lo largo de estos días trascenderán más datos sobre lo ocurrido aquel fatídico 3 de mayo de 2019. Quizás se abran de nuevo algunas heridas, pero otras podrán cerrase al fin.