La explotación de la mina de feldespato de la parroquia muresa de Silán vive esta semana un nuevo capítulo. La presencia de maquinaria en la zona ha preocupado a los vecinos que se oponen al proyecto y al Sindicato Labrego Galego, que remitió escritos a la Policía Autonómica y al Concello por lo que podrían ser "actividades presuntamente ilegais".
Al tener conocimiento de estos hechos, y estar aún pendiente un requerimiento de documentación que el Concello le formuló a la firma titular, Materiales Cerámicos Materias Primas SL, el alcalde, Manuel Requeijo, dice que como medida preventiva y "para evitar toda alteración da realidade en contra da ordenación urbanística aplicable", resolvió "paralizar as actividades iniciadas ata que a comunicación previa sexa resolta".
Urbas, la empresa que impulsa el proyecto, aclara que "no se están realizando trabajos de extracción" y que "no ha comenzado la explotación de la mina", sino que se realizan "simplemente prospecciones para analizar el material", insistiendo una vez más en que "no se está extrayendo mineral".
Su plan para recuperar la vieja mina ha generado controversia desde el principio. Los vecinos, que incluso recogieron firmas para dejar constancia de su oposición y solicitaron un pleno municipal, no ven con buenos ojos una explotación que cuenta con la "luz verde" de la Xunta. Así lo confirmaba a finales de 2022 Urbas, que detallaba que se trata de "una de las mayores minas de feldespato en Europa", con "reservas probadas de doce millones de toneladas valoradas en 660 millones".
La compañía lo ponía en conocimiento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, explicando que la concesión disponía de "todos los permisos, licencias y autorizaciones" de los correspondientes departamentos de las consellerías de Economía, Industria e Innovación; Medio Ambiente; Medio Rural; y Cultura e Turismo, "que confirman la viabilidad y sostenibilidad del proyecto".
Especificaba que preveía iniciar "en breve" la extracción del feldespato sódico y potásico, un mineral estratégico en la industria azulejera y cerámica, y que la concesión ya aprobada, la ampliación a San Acisclo, tiene unas "reservas vendibles" de más de un millón de toneladas, que se incrementarían con futuros frentes y otras concesiones colindantes, estimando que la vida de la mina se podría extender varias décadas.
Como parte la tramitación, se incluía una comunicación previa al Concello, que se realizó en diciembre. En su revisión, los técnicos municipales habrían detectado una falta de "autorizacións e de permisos necesarios", según detallaba el alcalde, por lo que el 1 de marzo se le requirió a la firma que "subsanase estas deficiencias".
Esta habría pedido, según indicó el regidor, una ampliación de los plazos para responder, que se le concedió, y desde Urbas se asegura que están "cumpliendo rigurosamente la normativa para cumplimentar la documentación requerida". Y en todo este proceso, precisa Requeijo, "tivemos coñecemento de que estaban traballando alí e por iso hoxe -por este miércoles- solicitamos a paralización".
Por su parte, el SLG incide en los "impactos ambientais severos" que supondría la extracción, contra las que interpuso un recurso de reposición para pedir "a suspensión da autorización da actividade mineira por parte da Xunta". Insiste en que "carecen das preceptivas autorizacións de augas, ambiental e urbanística" y critica que "as máquinas pasaron por leiras particulares sen permiso".