La conselleira de Educación, Universidad y Formación Profesional, Carmen Pomar, confirmó que su departamento está pendiente de "como se van asimilando y asumiendo los hechos" en el colegio de Muimenta, en Cospeito, después de la repentina muerte de una niña de siete años, cuyo fallecimiento está siendo objeto de una investigación que lleva el Juzgado número 1 de Vilalba.
"Siempre que pasa algún tipo de acontecimiento desafortunado en algún centro educativo, desde la Consellería siempre enviamos nuestras condolencias y nos interesamos" por la propia evolución del centro después de la tragedia.
En ese sentido, recordó que este tipo de "acontecimientos son muy mediáticos", pero hay "que estar pendientes de qué pasa después", de como "se van asimilando y asumiendo los hechos" por parte de la comunidad educativa.
Ante "este tipo de desgracias", recordó la conselleira, funcionan los "protocolos que se están desarrollando en Galicia" y, de hecho, "los equipos orientación específica", cuando son necesarios, están "en los centros".
"Lo importante es que psicológicamente la comunidad se vea lo menos afectada posible".
Profesionales del Equipo de Intervención Psicolóxica en Catástrofes e Emerxencias (GIPCE) se desplazaron este martes a Muimenta, en el municipio lucense de Cospeito, para prestar atención especializada a los compañeros de la niña de siete años que apareció muerta el pasado viernes en su propia cama, por causas que todavía está investigando el Juzgado Número 1 de Vilalba.
