Campeón del Dakar tras los focos

El pontés Jorge de la Fuente es el ingeniero y el hombre de confianza de Nasser Al-Attiyah, el jeque catarí que se hizo con la victoria en la cuadragésima cuarta edición de la carrera de rallye raid más legendaria y exigente del mundo, que se disputó desde el 1 hasta el 14 de enero y por tercer año consecutivo en Arabia Saudí
Jorge de la Fuente, con el piloto Nasser Al-Attiyah. EP
photo_camera Jorge de la Fuente, con el piloto Nasser Al-Attiyah. EP

EN LA COMPETICIÓN unos están en primera línea y en todas las fotos y otros viven detrás de los focos, aunque su papel desde la sombra es clave para que el engranaje funcione perfecto. El pontés Jorge de la Fuente, asentado en Alzenau (Frankfurt), es una de esas piezas imprescindibles en el equipo. Es el ingeniero y el hombre de confianza del jeque catarí Nasser Al-Attiyah, el piloto con el que ganó el cuadragésimo cuarto Dakar, la carrera más legendaria y exigente del mundo, que se disputó en enero en Arabia Saudí.

Para Nasser, primo hermano del actual Emir de Catar, fue su cuarto Dakar conquistado -ganó en 2011 con Volkswagen, en 2015 con Mini y otros dos con Toyota-, pero para el pontés, el primero, y llegó y venció. "Conseguir ganar la carrera de las carreras fue increíble", dice Jorge de la Fuente mientras reconoce que aún no tiene las palabras para explicarlo. "En el momento estás muy contento pero no te lo acabas de creer. Lo celebramos, nos abrazamos, pero te quedas paralizado, sin saber reaccionar como si no fueses del todo consciente", dice.

El paso de los días le permitió saborear poco a poco la victoria, primero con el recibimiento de sus hijos en el aeropuerto con carteles de campeón. Después, cuando Nasser le regaló su medalla de vencedor del Dakar.

"Son los momentos que me hicieron más ilusión, la recompensa de ver a mis hijos y a mi mujer apoyándome y que el piloto te de su medalla, es un gran reconocimiento", dice, mientras habla del Príncipe de las dunas como "una persona muy cercana, que trata de cuidar y mimar a su gente. Nasser es una persona natural. Hay pilotos a los que le gusta que los traten como estrellas, a él no".

trayectoria. Empezó a trabajar con él como freelance en 2021, tras una gran trayectoria por empresas y equipos punteros a nivel internacional. Jorge de la Fuente entró en el mundo del motor a los 18 años cuando se fue a estudiar a Madrid Ingeniería Mecánica, formación que completó con un máster de Ingeniería del Automóvil de Competición en el País Vasco.

"Cuando acabé me cogieron en el Peugeot Sport España para hacer el Campeonato de Europa de Rallyes. Tuve mucha suerte, era el equipo más grande que había y ganamos con Enrique Ojeda", recuerda. De ahí empezaron a llegar más victorias y muchos cambios.

Con Peugeot estuvo en la organización de una copa en circuitos de media España, de ahí saltó a un equipo privado de Madrid y en 2012, como freelance, trabajó con equipos de todo el mundo en pruebas de África y Europa. En 2016 se asentó en Alemania y entró en Hyundai Motorsport como ingeniero de desarrollo, hasta 2018 que pasó a Volkswagen Motorsport como ingeniero de test en el proyecto del Volkswagen I-DR, un coche eléctrico de circuitos, y en el Volkswagen Polo GTi R5, el mismo con el que corría Nasser en el Campeonato de Oriente Medio y en el de España de Tierra.

"Mi contacto con Nasser y Toyota llega cuando piden un ingeniero y me recomiendan", dice Jorge de la Fuente, que el año pasado hizo con el catarí ambas competiciones. "En una cena le dije que quería hacer el Dakar, no tenía experiencia y mi idea era entrar en las categorías más bajas para aprender y le pregunté si conocía equipos", relata el pontés, que asegura que la sorpresa llegó semanas después en El Líbano cuando le dijo que quería que fuese él su ingeniero en el Dakar.

"Me hizo mucha ilusión pero era una gran responsabilidad, sobre todo cuando las expectativas para este año eran ir a ganar. Pero acepté, obviamente", dice, y habla de los test y las carreras previas en el desierto de Namibia y otros lugares. "Mi trabajo antes es encargarme de que el coche esté en perfectas condiciones y en el Dakar decir a los mécanicos qué hay que hacer, mejorar o cambiar para que el piloto vaya más cómodo o más rápido", explica, mientras habla de un equipo de unas 35 personas para cuatro pilotos, con Nasser como punta de lanza.

"Estoy acostumbrado a trabajar con presión y en condiciones de mucha responsabilidad, por eso la mayor preocupación e incertidumbre venía por el coche porque en etapas tan largas siempre surgen averías que no tienes bajo control", relata el pontés, que destaca que uno además de ingeniero es también psicólogo. "Eres la persona de confianza, planteas con el piloto la estrategia de carrera, y son doce días. La primera semana bien, pero la segunda los coches empiezan a acusar la fatiga y tienes que tener psicología para que el piloto confíe y se suba al coche solo para pensar en ganar", dice. Y habla de una carrera dura físicamente, con muchos kilómetros, pocas horas de sueño en tienda de campaña y con una convivencia difícil con mucha gente.

Aún con la resaca de la victoria, sigue acompañando a Nasser. La semana pasada estuvieron en Omán en el Campeonato de Oriente Medio y la que viene irán a Catar. Después está previsto el Campeonato de Cross Country de Abu Dhabi. "La idea es ganarlo", dice una persona exigente.

"Trato de superarme y de ponerme metas más grandes. Toyota me ha ofrecido hacer el coche nuevo con pila de hidrógeno. Y me han surgido un par de ofertas, como hacer un hypercar de altas prestaciones para la calle con un fabricante alemán. No sé hacia donde me voy a ir", dice, al tiempo que reconoce que volver a España es un paso difícil en su sector y repetir en el Dakar, una gran duda. "Fue una experiencia irrepetible y si lo vuelvo a hacer quiero que sea con garantías para ir a luchar por la victoria", afirma, mientras reivindica que se valore más el papel de tantos españoles implicados en el mundo del motor.

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