Beatriz Corbo evoca en la Festa ó Emigrante sus raíces en Cirio y las vivencias en la casa Tellado

La pregonera de la cita, que congregó a cientos de personas en la Carballeira de Mosteiro, recordó también a sus abuelos Antonio y Concepción en un evento en el que no faltaron la tradicional placa conmemorativa y la música
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photo_camera Descubrimiento de la placa. S. IGLESIA

Madrileña de nacimiento, gallega de corazón y de la casa de los Tellado por convicción. Beatriz Corbo, licenciada en Derecho y jefa de servicio en el Ministerio de Justicia, pronunció este miércoles en la Carballeira de Mosteiro su esperado pregón. Y más que esperado porque, tras dos años sin celebrarse, no había un alma que no aguardase con ansia este 24 de agosto, día que en Pol solo tiene un significado: la Festa ó Emigrante.

La pregonera, cuyas raíces se adentran en la parroquia de Cirio, llevó durante su intervención a los presentes de paseo por sus recuerdos. Los guio hasta la memoria donde aún viven sus abuelos, Antonio Tellado y Concepción Carballés, y les hizo regresar con ella a los 15 de agosto en los que la casa familiar, con motivo de las fiestas patronales, era un hervidero de gente.

"Nos llegamos a juntar hasta 46 personas; todos los primos dormíamos en el piso de arriba en colchones, y éramos felices. Eso sí, cuando oíamos los pasos del abuelo Antón no se oía ni un respiro", relató Corbo sobre unas vivencias en las que no faltan familias como "la de Chaín o la de Trigo", con las que se reunían en el campo de la fiesta, o personas como "la señora Conchiña, que iba con su caldero a por agua a la fuente y a la vuelta, a la altura de mi casa, mi abuela le decía: 'Conchiña, ven tomar un cafeíño'. Y Conchiña entraba y estaba de charla con mi madre y mi abuela".

Si hubo algo que en lo que hizo hincapié Beatriz Corbo, rodeada por autoridades como el presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé; el secretario xeral del PSdeG-PSOE, Valentín González Formoso; el alcalde, Lino Rodríguez; diputados, ediles y otros regidores, fue en la hospitalidad, en "las bondades de esta tierra" y la morriña que aún siente por ella. "Mis amigos me dicen: 'Bea, de Madrid al cielo'. Yo les digo: 'De Madrid al cielo sí, pero pasando por Galicia'".

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Formoso se fotografía con los tunos. S. IGLESIA

Muchos de los presentes en la XXXVII Festa ó Emigrante seguro que se vieron reflejados en las palabras de una mujer que regresa "siempre que las obligaciones lo permiten" a la casa Tellado.

A ellos se refirió Lino Rodríguez, que agradeció que "aínda sendo unha familia tan longa, sigades vindo a visitarnos sempre que podedes", mientras que Tomé extendió los elogios a todos los emigrantes y catalogó la cita de Mosteiro como "unha merecida homenaxe" para "tódolos galegos, concretamente de Lugo e Pol, que tiveron que saír das súas casas para buscar unha mellor vida".

Tras las intervenciones, con regalos para la pregonera y para el párroco Jesús Trigo incluidos, llegó el momento de descubrir la placa que conmemora la trigésimo séptima edición, una obra creada por Mármoles Expósito, a lo que siguió la música de la Tuna de Veteranos de A Coruña y la orquesta Solara, a cuyo palco se subió un vecino, Cándido, para entonar la ranchera Mátalas. La jornada continuó con la charanga Louband, los juegos infantiles y la verbena de Solara y La Fórmula.

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Actuación de Cándido. S. IGLESIA

Meriendas. Algunos ni esperaron al final de la sesión vermú para coger las riendas de las viandas. Empanadas, tortillas, pulpo o churrasco llenaron las mesas del recinto -había 1.400 platos en la carpa habilitada por el Concello y numerosas tiendas particulares- que los asistentes compartieron entre familiares y amigos.

Casi todos eran repetidores, en mayor o menor medida. Los de la casa de Delfín de Viladonga, por ejemplo, vienen "desde hai sete ou oito anos" y otros como Manuel Freire, "desde que empezou, haberá 37 anos", cuando "só había o 'pulpeiro' e os bares típicos das festas, con moita menos xente que agora", decía acompañado por una veintena de parientes de A Muíña (Pol) y de Vilarello da Igrexa (Cervantes).

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Una de las familias asistentes. S. IGLESIA

Pero todos, sin excepción, echaban de menos acudir al Emigrante porque "estabamos acostumados a vir tódolos anos e tivemos que parar", como dicen los Neira de Rioxoán, o porque "é a escusa que temos para xuntarnos", como los de la familia Tellado de Silva.

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