Arte moderna en tributo al ayer

El grafitero Diego As, de Otro Prisma, materializa estos días un mural de inspiración cubana en el entorno de la Casa Habanera de Guitiriz, en recuerdo al origen de esta antigua escuela
photo_camera Diego As trabajando en el saxofonista del grafiti que decora el muro del entorno de la Casa Habanera. C. PÉREZ

Un saxofonista que prodría haber tocado en cualquier club de jazz de La Habana, una sonriente cubana mirando al infinito mientras disfruta de un buen habano, o un vehículo tan clásico como la estampa urbana de ese país del otro lado del Atlántico al que muchos guitiricenses emigraron hace un siglo en busca de un futuro mejor.

El gran mural al que estos días da forma el grafitero Diego As, de Otro Prisma, en el entorno de la Casa Habanera de Guitiriz, recoge estas atemporales estampas que llevan a quien las contempla hasta la lejana Cuba, pero también al edificio aledaño, la antigua escuela auspiciada a principios del siglo XX por los emigrantes de Guitiriz y su comarca, como recuerdan las letras que aún se conservan en la fachada del edificio, para facilitar la educación de las próximas generaciones de un hogar que, incluso a miles de kilómetros, siempre tenían muy presente.

Es por ello que en el grafiti que va cobrando vida con cada nuevo trazo de spray, no falta la figura del maestro, honrando además a un viejo y recordado docente que fomentaba la enseñanza útil. Impartía las necesarias lecciones de los libros, sí, pero también mostraba otras indispensables para la vida, como cultivar la tierra.

La asociación Xermolos, con la colaboración del Concello y el beneplácito de Patrimonio, impulsa este trabajo de arte urbana con el que embellecer y poner en valor un espacio público y también rendir tributo a quienes posibilitaron la creación de un edificio municipal que, tras ser rehabilitado hace poco más de una década por la comunidad de montes de San Xoán de Lagostelle, se ha convertido en un epicentro cultural y social.

El proyecto se enmarca en la programación del Urban Witiricus, el festival de arte urbana de Xermolos que este año se celebró con un formato especial, incluido en los actos del XLI Festival de Pardiñas. Desde sus inicios, y también de cara a ediciones venideras, la elaboración de este tipo de murales al aire libre ha sido uno de los objetivos del festival, en el que Otro Prisma ha colaborado desde sus inicios.

Por ello uno de sus artistas, responsable de diversas creaciones urbanas en el Parque do Castiñeiro o la casa de María Mariño en Lugo, además de numerosos encargos particulares, ha sido el elegido para transformar un lienzo en blanco en una obra de arte urbana, que tiende puentes entre el pasado y el presente y entre uno y otro lado del Atlántico.

El realismo impera en un colorido diseño en cuyas imágenes se imponen los tonos ocres, colorados y turquesas, y en el que no falta uno de los símbolos propios del trabajo de su autor, los círculos. La creación del grafiti se iniciaba este miércoles y, si no hay imprevistos, estará finalizado la próxima semana, listo para contemplar, interpretar o jugar a descubrir cada pequeño detalle.

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