Apostar y emprender

Más de 70 personas decidieron abrirse una puerta al mercado laboral en 2017 y pusieron en marcha su propio negocio en los concellos de Terra Chá, Meira y As Pontes

Nuevos negocios de emprendedores en Feira do Monte. CRISTINA ARIAS
photo_camera Nuevos negocios de emprendedores en Feira do Monte. CRISTINA ARIAS

No tener jefes, trabajar para uno mismo, mejorar, probar una aventura o simplemente adentrase en el mercado laboral, muchos por primera vez. Son algunos de los retos u objetivos marcados por aquellos que deciden apostar por el autoempleo y emprender. Unas 70 personas decidieron abrir su propio negocio en 2017 en Terra Chá, Meira o As Pontes, una cifra superior a la del año anterior, en el que unas 50 personas se lanzaron para poner en marcha su proyecto.

El concello en el que se abrieron más negocios fue As Pontes. Solo en el Ippec se atendieron 74 proyectos, de los que se constituyeron 29 que generaron 36 puestos de trabajo. Una clínica de salud, un centro hípico, una escuela canina, varios comercios (tiendas de telas, congelados, complementos o una librería), un par de peluquerías, varios bares, un negocio de reparación de motos antiguas o de venta de arte, varios proyectos de formación, una agencia de viajes o apuestas por el sector primario (venta de miel y otros productos) fueron algunos de los nuevos proyectos.

En Vilalba, el Concello realizó 19 expedientes para inicio de actividad —el número exacto de 2016—. Entre ellas, una exposición de tractores, una lavandería autoservicio, un centro de formación y otro de estética, una oficina de ingeniería, una agencia de seguros, algún bar, varios comercios (ropa, textil de hogar o venta de extintores) o un albergue.  En el resto de concellos las cifras son más bajas, también las de población. Pero la apuesta por el autoempleo continúa siendo una realidad laboral importante, que, en algunos casos, aumenta.

En Cospeito, donde en 2016 solo se gestionaron ampliaciones o cambios de titularidad, hubo nuevas aperturas en 2017 (una asesoría, un tanatorio, un taller mecánico, una tienda de electrodomésticos con peluquería, otra con estética y podología, una exposición de vehículos para venta o bares).

En Castro de Rei se concedieron cinco licencias —una escuela de equitación, un bazar chino, un taller de reparación y venta de calzado, un taller de costura y una agencia de transportes para una industria maderera— y en Begonte el Concello concedió seis.

En Abadín se solicitaron dos —frente a ninguna en 2016— para la apertura de dos albergues. Las mismas que en Xermade (una tienda de alimentación y un obrador de comida vegana). Mientras, en Guitiriz y en Meira abrió el pasado año un negocio en cada municipio. Una mercería en el primero, una tienda de deportes en el segundo. En Pol se concedió una licencia para una estación base de telefonía de antenas. En Muras y Ribeira de Piquín no abrió ningún nuevo negocio. Tampoco en A Pastoriza, donde solo hubo un cambio de titularidad.

Pilar Balea, Casa da Costureira, en Castro de Ribeiras de Lea
Sin edad para empezar de cero 
Pilar Balea, emprendedora de Castro, que abrió Casa da Costureira. JOSÉ ÁNGELPilar Balea es el ejemplo de que lo de emprender no es cosa de veinteañeros o treintañeros. No hay edad para empezar. Y ella, a sus 50 años, decidió abrir por primera vez su propio negocio, un taller de costura en la plaza Hermano Quintana de Castro de Ribeiras de Lea, la Casa da Costureira. Está en un local alquilado —"es de una cuñada y me lo hizo más fácil", destaca—, que tuvo que arreglar. "Hicimos toda la obra, techos, suelos... pero merecía la pena por seguir con una cotización y un seguro", dice.
Trabaja en horario de mañana y tarde de lunes a viernes y realiza todo tipo de arreglos y trabajos de confección. Asegura que el trabajo «va bien», aunque reconoce que "en esta época cuesta bastante arrancar". "El que más y el que menos lleva el dinero muy justo", dice. Su mayor miedo es «no hacer lo suficiente para poder pagar los gastos» y lo peor es ser su propia jefa. "Tienes que llevar el control de todo, hacer horas... Mejor estaba de empleada, menos preocupaciones".
Antía Naveiras, Carapuchiña Vermella, en Vilalba 
Un cuento hecho realidad laboral
Antía Naveiras, emprendedora de Vilalba que abrió la tienda de ropa infantil Carapuchiña Vermella. CRISTINA ARIASAntía Naveiras es una de las dos patas de Carapuchiña Vermella, una tienda de ropa y complementos de Vilalba llena de encanto que abrió sus puertas el pasado mes de septiembre. "Traballei sempre en hostalería e a miña socia —la pontesa Laura Seco— no comercio. Cando tiven á miña nena quedei sen traballo e ela, que tiña dous nenos, tamén tivo problemas no seu", relata con una medio sonrisa, lanzando una crítica a las dificultades de la conciliación y la igualdad en el mundo real. Dudaron si abrir en As Pontes o en Vilalba y se decantaron por el segundo, donde hicieron "unha inversión moi grande" para reformar un local de un antiguo bar y convertirlo en una tienda con magia.
"Ten a parte positiva de que acondicionas todo coa estética que ti queres e que polo tema de reforma déronnos un respiro no aluguer durante algúns anos, pero dá medo facer o investimento", reconoce esta nueva empresaria. "Estamos moi contentas, a aceptación é boa, e vén moita xente de fóra", dice con sorpresa.
Asegura que lo mejor del autoempleo "é ter máis respiro en canto a conciliación familiar e que o teu esforzo e para ti", pero desconectar resulta imposible. ¿Su sueño? Expandir Carapuchiña Vermella a otros lugares.
Sandra Pajón, Zafiro Tours, en As Pontes 
De viaje hacia un nuevo proyecto 
Sandra Pajón, emprendedora, abrió una agencia de viajes en As Pontes. CRISTINA ARIAS"Soy autónoma de toda la vida y creo que no sé trabajar para el resto", dice Sandra Pajón con una sonrisa, mientras habla de la ilusión de "crear algo tuyo". Trabajó en hostelería o en una distribuidora de vinos, pero nunca en el mundo de los viajes, algo que no la frenó para iniciar su nuevo proyecto.
"Estoy muy contenta. Tuvo muy buena aceptación desde el primer día. Se va vendiendo poco a poco", destaca, mientras habla de las satisfacciones y las dificultades del autoempleo, como la "excesiva responsabilidad" o las interminables horas de jornada. "Esto es diferente a todo. Tienes que vender un producto que la gente no ve y luchar con internet. A veces es difícil conseguir que la gente entienda que podemos ofrecer tan buenos precios como internet", dice.
Asegura que el destino no complica su trabajo —"es lo mismo vender para Sri Lanka que para Barcelona porque a quien le compras está súper especializado"— y que quizás lo que le da más respeto son las excursiones de los colegios. Y mira al futuro en positivo. "Espero tener que contratar a alguien porque lo necesite, porque el negocio funcione", concluye.
Noelia García, Go!, en Meira
Otra forma de vivir del deporte 
Noelia García abrió la tienda de deportes Go! en Meira. TEÓFILO LÓPEZ"Ser eu a miña jefa ten os seus pros e os seus contras. Desorganizo e organizo á miña maneira, pero abrir un negocio sempre é un risco", explica Noelia García. La joven, natural de la parroquia de Crecente, en el concello limítrofe de A Pastoriza, decidió compaginar el trabajar para otros con el autoempleo, y abrió una tienda de ropa, calzado y accesorios de deportes en Meira.
"Creo que Meira é un bo sitio. Hai bastante xente nova e vén moito máis en verán", explica esta nueva emprendedora, que asegura que se decantó por el comercio deportivo porque es algo que siempre le gustó. Su tienda, bajo el nombre de Go!, se sitúa en la Praza Maior de Meira. Está alquilada y ya tiene una trabajadora contratada, para compaginar los días que trabaja fuera.
"O que dá máis medo cando empezas e que non vaia ben, pero estou moi contenta, os primeiros meses está funcionando. Ao principio estaba algo perdida cos pedidos, polas cantidades", reconoce esta joven pastoricense, que mira al futuro con cautela. "Non estamos no mellor momento económico, pero conto, e espero, que a tenda funcione e vaia para adiante", dice.
Manolita Vélez, Folgui, Cospeito 
Diversificar en busca del éxito
Manolita Vélez, emprendedora de Cospeito. CRISTINA ARIASLo suyo es emprender y diversificar, pero a lo grande. En su caso, su apuesta es en pareja, con su marido, con el que abrió en 2017 una tienda de electrodomésticos, con peluquería incluida, en Feira do Monte, y una barbería, en Castro de Ribeiras de Lea. Allí, ya tenían una academia y este mes abrirán otra tienda de electrodomésticos. Hay otros proyectos en mente para cerrar el círculo, un vivero en Xustás.
"O meu marido é máis emprendedor. Tiña unha tenda co irmán en Castro e decidiron separarse e pensou en abrir a tenda, enfocada a que a xente da zona puidera ter algo a man. E como os electrodomésticos sós eran un mercado algo limitado, tamén incluímos droguería, librería, chuches ou plantas", explica Manolita Vélez, que reconoce que los principios siempre cuestan, pero se agarra al "pouquiño a pouco". "Nestas zonas tes que buscar algo así, non moi específico", añade. "O mellor de ter un negocio é a liberdade, pero é relativa porque arrastras o traballo á casa" . 
Susana Díaz, Entre Fíos, en Guitiriz
Hilos para tejer un futuro 
Susana Díaz abrió la mercería Entre Fíos en Guitiriz. CRISTINA PÉREZTrabajó diez años de repartidora de una panadería de Guitiriz. Antes, fue empleada en varios supermercados de la localidad. Y en 2017, a sus 32 años, decidió abrir un nuevo camino y emprender, con la puesta en marcha de la mercería Entre Fíos en el Campo de la Feria, un lugar céntrico de la localidad chairega. "Sempre tiven a ilusión de traballar para min e vin que facía falto algo así en Guitiriz e decidinme. Non había ninguna", relata esta joven natural de la parroquia de Labrada, que asegura que lo mejor de trabajar para uno mismo es que "non tes a ninguén enriba e fas as cousas como ti as consideras correctas". ¿Lo peor? "Se non chegas a fin de mes tes que sacalo do soldo, que non chega mes a mes como cando traballas para outro. E hai que pagar as facturas", dice, mientras habla de la presión económica y el aumento de responsabilidades, pero se queda con lo bueno.
"Estou contenta. Traballei moito tempo de cara ao público, coñéceme moita xente e agora vén aquí", dice entre sonrisas, agradecida. "Se o pensas moito ao mellor non o fas, pero hai que botarlle valor. Se sae ben, perfecto, e se sae mal haberá que pechar, pero hai que probar", resume esta nueva empresaria. 
Juan Carlos Rey, A Tenda de Maxer, en Xermade
Salto para dinamizar el rural 

Juan Carlos Rey, emprendedor, abrió una tienda de alimentación en Xermade. CRISTINA ARIASLo suyo fue por decisión vital. Juan Carlos Rey, natural de A Coruña, dejó su trabajo y la ciudad en la que vivió siempre para instalarse en Cabreiros, de donde era oriunda su madre. "Vine buscando mi sitio, quise tomarme una temporada para mí y ver cómo era la vida en el campo", relata. Se quedó. Ya lleva tres años y medio instalado en Xermade y hace unos meses abrió A Tenda de Maxer. "Es el único caso que conozco de núcleo que acumula todos los servicios pero en el que no hay ni un supermercado", dice este nuevo empresario.
"Me pareció una evidencia pero no acabo de entender la mentalidad inadecuada de la gente. Tras siete meses de vida, más de la mitad de las personas del núcleo no han entrado aquí", dice algo decepcionado, mientras señala que desde el Concello no hay ni políticas dinamizadoras ni una ordenanza de venta ambulante municipal.
En la apertura del negocio "todo fue de manera muy natural. La inversión siempre es más de la esperada y me costó que me alquilasen un local, pero me veía con la capacidad suficiente para sacarlo adelante".  "Queda mucho camino que andar para que la tienda me dé para vivir", dice, mientras habla de las cosas positivas como "la libertad a la hora de tomar decisiones". «Todos somos gestores de nuestro trabajo, pero aquí no dependo de un jefe», apunta.
 

Comentarios