Aparece en Xermade una fosa con los cadáveres de seis jabalíes enterrados

Agentes medioambientales encontraron los animales en una finca de Miraz, los registraron y los enviaron al Rof Codina para la necropsia. El furtivismo podría estar detrás del hallazgo
Jabalíes campando por Lugo. XESÚS PONTE
photo_camera Jabalíes. XESÚS PONTE

Agentes medioambientales de la Xunta de Galicia localizaron el pasado miércoles en Xermade una fosa en la que se encontraban enterrados los cadáveres de seis jabalíes, un extraño hallazgo que podría ser fruto del furtivismo.

Los animales se encontraban en una finca del lugar de O Souto, en la parroquia de Miraz. Una vez localizados, se procedió al levantamiento de los cadáveres –se requirió la ayuda de una brigada forestal para poder desenterrarlos- y se comprobó que no contaban con ninguna identificación -a los tecores se les hace entrega de unos precintos en función del número de jabalíes que tienen autorizado cazar–, lo que hace pensar que su muerte pudo ser una práctica ilegal.

Posteriormente se identificaron y registraron para trasladarlos, manteniendo la cadena de custodia, al hospital veterinario universitario Rof Codina de Lugo, donde se les practicará la necropsia para determinar las causas de la muerte. Se trataba de un ejemplar adulto hembra y otros cinco más pequeños.

Se investigará este hecho para determinar si lo ocurrido es constitutivo de un delito penal o se queda en una falta administrativa

Por otro lado, y a nivel administrativo, ahora se procederá a realizar el correspondiente informe para que los servicios jurídicos de la Xunta puedan determinar si lo ocurrido es constitutivo de un delito penal contra la fauna silvestre o se queda en una falta administrativa.

De este extraño hallazgo fue informado el tecor de cazadores de Xermade, cuyo presidente, José Luis Vilasuso, reconoció el "total desconocimiento de este tema" por parte de la entidad.

"La primera noticia que tuvimos fue el aviso del agente forestal diciendo que apareciera esa fosa, para informarnos. Nosotros dijimos que no teníamos constancia de nada y que los animales que cazamos están perfectamente registrados y precintados como requiere la normativa y en congeladores de los cazadores para consumo propio", indicó.

Planteó además la posibilidad, "sin saber qué pudo pasar", de que la muerte de estos seis animales tanto pudo ser intencionada como accidental, y puso como ejemplo que cuando se mete la maquinaria en las fincas de maíz a trabajar de noche puede ocurrir que haya jabalíes en la zona y no se vean y se atropellen sin querer.

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