"Llegué a la Policía de manera totalmente accidental. Me quedé sin trabajo y mi hermano, que ya era Policía Local —es uno de los agentes que se acaba de jubilar en As Pontes—, me animó a presentarme a la oposición. Lo mío no fue algo vocacional, pero es como una droga, una vez que estás dentro, engancha".
Así explica sus inicios Anselmo Pellón, el actual jefe en funciones de la Policía Local pontesa —no se hará efectivo el cambio por cuestiones administrativas hasta mediados de mes—, un cargo que asume tras la marcha del inspector y después de 28 años de experiencia.
Le gusta su trabajo, y aunque ahora se enfrentan a un servicio "debilitado" por las bajas, reconoce que entre las funciones más positivas de su día a día están las de "poder auxiliar a un ciudadano que está realmente necesitado", participar "en un rescate a un niño" o "evitar que una persona resulte herida".
"La formación en seguridad vial es una de nuestras prioridades, no la vamos a dejar de lado aunque el personal tenga que multiplicar funciones"
"La mediación en conflictos entre particulares, siempre y cuando consigues un fruto positivo, también te recompensa", dice Pellón, quien considera que lo más duro a lo que se tienen que enfrentar "son los accidentes o algunos casos de violencia de género".
"Los policías también somos humanos, hay situaciones que son duras para todos. En el momento no, pero después llegas a casa y lo sufres. Te pasas días sin apetito o sin dormir", explica, mientras reconduce la conversación hacia una de las cosas que le roban más tiempo.
"La formación en seguridad vial es una de las cosas más importantes que hacemos. Creo que es donde más hay que incidir, en los niños y en los mayores, porque con ello podremos evitar muchos problemas en el futuro", argumenta el policía pontés, que tiene claro que aunque el personal tenga que multiplicar sus funciones, "esto es algo que no vamos a dejar de lado".
