Ana Sandamil continúa en la unidad de custodia de presos del Hula

El juzgado de instrucción número 1 de Vilalba sigue con la investigación a la espera de los resultados de algunas pruebas clave

Este miércoles se cumplen dos meses del trágico suceso que conmocionó Muimenta, el pasado 3 de mayo, cuando la pequeña Desireé de siete años fue encontrada muerta en su cama en la vivienda que compartía con su madre y su abuela.

Más de 60 días después del fatídico suceso, la principal sospechosa, su progenitora, Ana Sandamil, continúa en la unidad de custodia de presos del Hula, a la que fue trasladada desde el módulo de Psiquiatría después de negarse a declarar y a la espera de recibir el alta médica que la enviará a un centro penitenciario. Está acusada de un delito de asesinato u homicidio y, según fuentes cercanas, sigue en el hospital porque está siendo tratada de una patología.

"Es un suceso muy triste y desagradable", valoró su abogado, el begontés Luis Rifón, que aseguró que todavía faltan "muchas cosas por saber" pero optó por no entrar en detalles sobre el caso ni sobre la situación actual de su clienta. "No voy a decir nada, ni puedo, ni debo, ni creo que me interese", indicó.

El juzgado de instrucción número 1 de Vilalba continúa con la investigación y aunque el hermetismo es casi absoluto algunas fuentes indican que quedan diligencias importantes, que incluyen los resultados de algunas pruebas clave.

El padre de Desireé, José Manuel Leal, asegura no tener información pero muestra su confianza en "el equipo de investigación". "Lo que necesito es que se haga justicia y que el monstruo que ha hecho esto pague", dijo, reiterando su idea de solicitar la prisión permanente revisable para su expareja.

"Su defensa hará todo lo posible por minimizar el hecho en sí, pero es una auténtica aberración hacerle algo así a una criatura. Ha apartado de mi vida lo que más quería", expresó, mientras lanzó críticas hacia los políticos que no apoyan la pena máxima. Su abogado, José Manuel Ferreiro, no ha hecho declaraciones.

Mientras, en Roupar, la localidad natal del padre, y en Muimenta, donde vivía la pequeña, tratan de recuperar la normalidad ante la ausencia de Desireé.

Comentarios