Las trifulcas juveniles son cada vez más violentas y causan lesiones más graves

Las fuerzas de seguridad perciben más brutalidad en las peleas durante las noches de movida, lo que achacan a un mayor abuso del alcohol y las drogas. Los once detenidos este mes ya tenían antecedentes por incidentes similares
photo_camera Así fue la brutal pelea junto a la catedral. EP

La violencia juvenil genera desde hace tiempo intranquilidad en la sociedad lucense y los incidentes nocturnos registrados a lo largo del último mes –que se saldaron con once detenidos– han incrementado la preocupación de una ciudadanía que demanda una capital segura. Los altercados de madrugada se suceden y la sociedad percibe un incremento alarmante en este tipo de agresiones. Sin embargo, las fuerzas de seguridad de Lugo descartan un aumento y achacan esa impresión a otro tipo de factores, como la mayor difusión de los altercados o la gravedad de las lesiones.

Sin duda, las nuevas tecnologías contribuyen a divulgar cualquier suceso llamativo y las peleas entre pandillas siempre generan expectación. La última trifulca de estas características, registrada el pasado viernes en la Praza de Casa Novoa, fue grabada en video por un testigo y las imágenes corrieron como la pólvora por las redes sociales. De este modo, un incidente que podría haber pasado desapercibido para los ciudadanos se convirtió en noticia y generó alarma social.

Viendo estas imágenes –que dejan patente la brutalidad con la que actuaron los agresores–cualquier persona sentiría inseguridad al caminar de noche por la capital, pero la violencia nocturna en Lugo se concentra por lo general en unos ambientes determinados. De hecho, los once jóvenes detenidos este mes por agresiones tenían antecedentes previos.

Uno de ellos, que había sido detenido el día de Reyes por atacar a otro chico en un pub de la Rúa Tui, volvió a ser arrestado este lunes por un robo. La Policía Nacional ató cabos y concluyó que era la persona que, esa misma noche, se había acercado a un joven que caminaba por la Avenida de Ramón Ferreiro, en dirección a la Rúa Marina Española, y le había golpeado en la cabeza con un botellín, dejándolo inconsciente.

Acto seguido, le robó la cartera con su documentación personal y con el dinero en metálico que acababa de retirar del cajero. Este agresor ya tiene a sus espaldas más de una docena de antecedentes por hechos similares.

En la mayor parte de los casos registrados este año –aunque no en todos–, las víctimas son jóvenes con antecedentes que ya se habían visto implicados en otras peleas con anterioridad. De hecho, muchos de los implicados forman parte de pandillas de una determinada nacionalidad –españoles, suramericanos o marroquíes– que arrastran rencillas con otros grupos y resuelven sus diferencias cuando salen de fiesta.

Drogas

En algunas ocasiones, los jóvenes se enfrentan con el único objetivo de medir sus fuerzas, aunque en un gran número de casos, las rencillas vienen derivadas del tráfico de estupefacientes. Y es que el consumo de alcohol y drogas suele estar detrás de este tipo de violencia desatada.

Según apunta la Policía Nacional de Lugo, esta circunstancia también está vinculada con la gravedad de las heridas. "No detectamos un incremento sustancial de este tipo de agresiones", comenta el portavoz del cuerpo, "pero ahora se difunden más por las redes sociales y además las lesiones que sufren las víctimas son más graves, debido seguramente al abuso del alcohol y las drogas por parte de los agresores, lo que hace que actúen con mayor violencia".

En la agresión que tuvo lugar el pasado viernes en la Praza de Casas Novoa, justo al lado de la catedral, el herido tuvo que ser trasladado al Hula con un tobillo roto, una lesión de la que tardará en recuperarse. Igualmente, en la pelea registrada en la noche de Fin de Año a las puertas de un pub de la Ronda da Muralla, en las inmediaciones de la Porta de Santiago, la víctima acabó con la mandíbula rota. A mediados de mes, otro altercado en la zona de ocio de Campo Castelo se saldó con un chico hospitalizado con lesiones graves en un ojo. De los once detenidos por lesiones este mes en Lugo, solamente este último ingresó en prisión.

Denuncias

Haciendo un repaso a las estadísticas oficiales se concluye que los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria –no solo los altercados nocturnos– registraron un aumento el pasado año en Lugo. Así, entre enero y septiembre (los últimos datos publicados hasta el momento), estos hechos delictivos se incrementaron un 35% a nivel provincial –con 88 casos, frente a los 65 del mismo periodo del año anterior–, mientras que a nivel municipio aumentaron un 115%, pasando de 20 a 43.

Los casos de agresiones concentran un elevado número de denuncias, aunque se trate de lesiones leves. Uno de los motivos que contribuye a esta circunstancia es que, cuando un herido en una pelea recibe asistencia sanitaria en un hospital o centro médico del sistema público, el Sergas le remite al herido la factura si no hay denuncia. Si esta existe, la víctima ya no tiene que abonar nada, aunque el agresor no haya sido identificado.

En todos los casos denunciados en Lugo desde que arrancó el año, la Policía Nacional detuvo a los agresores. Aún así, vecinos y hosteleros demandan más presencia policial por las zonas de ocio en horario nocturno para evitar altercados de este tipo. A esta petición se sumó también este miércoles el grupo municipal del PP, cuyo viceportavoz, Antonio Ameijide, solicitó más medidas disuasorias, "como a instalación de cámaras de videovixilancia ou a dotación para Lugo dunha unidade da UPR, que axudaría á prevención da delincuencia, así como o mantemento e, no seu caso, restablecemento da orde e a seguridade cidadá", dijo.

Del hombre de la motosierra a la reyerta que paró un concierto

No pasa todos los días que en una pelea aparezca como arma una motosierra o que haya que parar un concierto de la Panorama por una reyerta multitudinaria. Ocurrió en Viveiro y Sarria, respectivamente, pero hay más incidentes.

A Mariña

Siete personas se vieron involucradas en la brutal pelea en la que se blandió una motosierra en Viveiro, a las tres de la madrugada del pasado 17 de julio. La Policía detuvo a los siete implicados al identificarlos en vídeos que corrieron como la pólvora por las redes sociales. Durante la reyerta, cerca de un local nocturno en la avenida de Vilalba, en Cantarrana, hubo patadas y puñetazos. Un hombre de nacionalidad colombiana sufrió lesiones en el antebrazo, los dedos y una contusión en la cabeza, y otro implicado de origen rumano presentaba una herida en el cuero cabelludo.

La pelea provocó pánico, igual que ocurrió con otra ocurrida en la mañana del pasado 7 de enero en un local de ocio de Viveiro, donde se produjo una riña entre adultos, en la que uno de ellos apuntó con una pistola en la cabeza a otro varón, momento en que le cayó el cargador al suelo con tres balas. Al ver el arma, los clientes desalojaron el local.

A Chaira

La Policía Local incautó varias armas tras una pelea entre bandas en la Avenida de Vilalba de As Pontes, que se hizo viral a través de un vídeo. En él se podía ver a uno de los implicados portar una catana de grandes dimensiones. Entre el material requisado por los agentes municipales en la zona de la pelea, que enfrentó a un grupo de colombianos y a uno de marroquís, había un cuchillo, una pistola de fogueo o una hoz. En los hechos, que levantaron una gran preocupación entre los vecinos, resultó herido leve uno de los implicados.

Sarria

El pasado junio se produjo una trifulca durante una verbena en las fiestas de San Xoán de Sarria en la que se vieron implicadas varias personas, que acabaron siendo desalojadas por las fuerzas de orden y no consta que nadie recibiera atención sanitaria. La pelea precipitó el final de la actuación de la orquesta Panorama, a la que faltaban diez minutos para concluir. Entre las personas que participaron en la trifulca se encontraba una conflictiva vecina que protagonizó en los últimos tiempos agresiones y robos.

Monforte

La zona más conflictiva es la Rúa Duquesa de Alba, donde antaño se concentraban decenas de pubs y actualmente permanecen abiertos solo los fines de semana un puñado de este tipo de establecimientos. La peleas eran frecuentes tanto en el interior como en el exterior de los establecimientos, teniendo que actuar la Policía Nacional con frecuencia. Desde hace meses, quizá por la escasa afluencia de público a los locales nocturnos, no se producen altercados.

En Santiago aún lloran a Gregory y en A Coruña no olvidan a Samuel
No solo en Lugo las noches acaban teñidas de sangre. De hecho, los últimos episodios mortales ocurrieron en Santiago y A Coruña. En la capital gallega aún lloran a Gregory, el joven apuñalado a las puertas de una discoteca el pasado 2 de enero por dos hermanos por supuestas rencillas, y en la ciudad herculina nadie olvida el crimen homófobo de Samuel Luiz, al que en julio de 2021 una turba cosió a golpes al grito de "maricón".

Como ocurre en Lugo, las escenas de estos crímenes nocturnos no fueron barrios periféricos, sino el Paseo Marítimo de A Coruña y el Ensanche compostelano, área, esta última, donde solo una semana después del apuñalamiento fatal, otro acuchillamiento dejó a un menor sin bazo.

Y es que la violencia nocturna ocurre en las zonas de marcha, y estas suelen estar céntricas. En Vigo es O Areal el que concentra más líos, con la brutal paliza de hace un año aún en la retina de un joven de 20 años que por poco no lo cuenta. En A Coruña, pese a que el crimen de Samuel no fue allí, el Orzán es territorio comanche. Esta semana los vecinos reclamaron a la Policía "que evite batallas campales".

Las mismas que sufren en la zona de vinos de Ourense, sábado sí, y otro también, desde el fin del confinamiento. En Ferrol el punto caliente es la entrada de la discoteca Onda. La única urbe que esquiva por el momento esta violenta moda es la del Lérez, que no registró incidentes graves.

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