Tinería es un barrio con dos caras, con rehabilitaciones cuidadas y lucidas, entreveradas con casas en ruinas, solares llenos de maleza y cierres con pintadas. Viejos y nuevos negocios se mezclan en una zona ideal para muchos y que no acaba de despegar para otros.
Los residentes tienen claras las ventajas de la zona y destacan la tranquilidad de un área que cuenta con algunos establecimientos hoteleros, restaurantes o comercios que aportan vida al barrio y enfoques novedosos al tejido comercial lucense.
Entre las desventajas citan la falta de algunos negocios básicos, como una tienda de alimentación. No solo lamentan esa ausencia de índole práctica. También reclaman más ímpetu para acabar la recuperación del barrio, acometiendo mejoras como la puesta a punto del Pazo de Doña Urraca.
Creen que la evolución de la zona es buena pero lenta y que las administraciones deberían encontrar la manera de obligar a los propietarios de solares o casas abandonadas a mantenerlas a punto o vender.
Pese a todo ven muchas posibilidades para una zona con una ubicación privilegiada y que rezuma la esencia del casco histórico de Lugo por lo que, cada vez más, es un punto neurálgico para las visitas turísticas. Quieren que siga por ese camino pero a más velocidad.