La silenciosa séptima ola del covid avanza sin dar tregua

El efecto Arde Lucus sitúa Lugo a la cabeza de Galicia en nuevos casos ► Sigue creciendo la incidencia en toda España, pero no las hospitalizaciones 
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photo_camera En EE.UU se empezó a vacunar a niños de más de seis meses. EFE

El aumento de contagios en Lugo coincide con las celebraciones del Arde Lucus, según confirmaron fuentes sanitarias, aunque por el momento la hospitalización se mantiene estable. El área sanitaria sumaba en el último balance, realizado este viernes, 1.568 casos, con un incremento de 174 sobre el día anterior. Todos los hospitalizados, un total de 54 (cifra similar desde hace varios días), están en unidades convencionales. 

El Sergas detectó también 1.293 nuevos contagios de covid- 19, con los que los casos activos de la enfermedad en Galicia suben hasta acercarse a los 13.000. Con todo, las hospitalizaciones de personas con coronavirus continúan en descenso con 473 pacientes, 18 menos que una jornada atrás. La incidencia acumulada en la comunidad en mayores de 60 años aumentó a 865,57 casos por 100.000 habitantes. 

España arranca la séptima ola del covid sin ruido ni hospitales

La trasmisión del covid encadena dos semanas de ascenso en coincidencia con el avance de las nuevas variantes de Ómicron (BA.4 y BA.5), no solo en España sino también en otros países del entorno europeo, un escenario epidemiológico que repercute en la ocupación hospitalaria, que asciende del 5,5 % al 6,6 % en la última semana, con más de 8.200 pacientes ingresados.

La situación en España viene empeorando en las últimas semanas y principalmente desde este martes, con una incidencia acumulada en los ciudadanos de 60 años a más que ha escalado en más de 100 puntos, hasta los 755 casos.

El jefe de Medicina Interna del Hospital Infanta Leonor de Madrid, el doctor Juan Torres, advirtió de que España atraviesa actualmente la séptima ola, aunque "no se dice", ya que "ya casi no ingresan pacientes en Uci". 

"Estamos en pleno ascenso y hasta dentro de tres semanas no llegaremos al pico", dijo. Tal y como explicó, la séptima "está siendo una ola para pacientes y ancianos mayores de 80-85 años con patologías y, en definitiva, muy frágiles". Por ello, insiste en que, tanto las personas vulnerables como su entorno "se tienen que seguir protegiendo" porque "la pandemia no ha terminado".

La ocupación hospitalaria general rebasó el umbral de los 8.000 pacientes (sube desde los 6.700 en dos semanas) y con las Uci que sobrepasan el 4,3 %, considerado riesgo muy alto de saturación, con 388 pacientes críticos.

La retirada de las mascarillas a mediados de abril trajo consigo un aumento en el indicador de incidencia acumulada -focalizado ahora en los mayores de 59 años- que comenzó a escalar desde los 555 casos de entonces hasta su pico máximo (848) en la semana del 20 de mayo, en lo que algunos expertos bautizaron como "séptima ola", aunque con una tendencia hospitalaria mayormente estable y descendente.

A partir de entonces, la incidencia decreció solo durante tres semanas, hasta bajar a los 570 casos, tendencia que se rompe el 10 de junio cuando los informes de Sanidad atisbaban incrementos en los indicadores de contagio.

¿A qué se debe? Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como diversos expertos y epidemiólogos llevan meses insistiendo en no bajar la guardia con los test diagnósticos en toda la población porque, aunque en menor medida, las nuevas variantes de Ómicron ya estaban presentes en el escenario y han ido ganando terreno en detrimento de la BA.2, que fue mayoritaria durante gran parte la sexta oleada.

En mayo, las autoridades surafricanas alertaron sobre un crecimiento exponencial de casos y aumentos en las hospitalizaciones -aunque no en la gravedad general de los cuadros- por las variantes de Ómicron BA.4 y BA.5, que son las que ahora se extienden.

Incluso desde la primera semana de junio organismos como el Centro Europeo de Control de Enfermedades avisaron de repuntes en la trasmisión, con un aumento de los casos detectados (más del 8%) en al menos 14 países del entorno comunitario -tras 10 semanas de descensos- y apuntaron los sublinajes de la propia BA.2 y los nuevos linajes BA.4 y BA.5.

En España, los informes epidemiológicos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes) vienen apuntando estas semanas que los cribados aleatorios detectan un aumento en la prevalencia de la BA.4 y BA.5, con un rango hasta el momento de entre el 5,4% y el 64,9% según el territorio.

En cifras, los informes de Sanidad contabilizan más de 118.000 casos de covid entre la población general en toda España desde el viernes pasado, a tenor de que se realizan menos pruebas y el foco se pone en colectivos de riesgo y mayores de 59 años.

Desde el martes se han notificado 68.186 nuevas infecciones, de las cuales 33.664 corresponden a mayores de 59 años, unos datos que ponen de manifiesto un claro aumento de la trasmisión junto con el indicador de evolución de la incidencia en la última semana, que escala de los 340 a los 419 puntos. Francia y Alemania están en situación similar.

La inmunidad ya no es la de antes
Los estudios muestran que estas subvariantes son muy distintas a la versión original de Ómicron y que la inmunidad producida por una infección anterior podría no proporcionar mucha protección.

Más y menos

En principio, BA.4 y BA.5 son más transmisibles y causan una enfermedad menos grave, especialmente entre las personas vacunadas.

Gusto y olfato

Un estudio realizado en Francia revela que estos sublinajes pueden tener como característica el causar fatiga y disnea, además de una de las secuelas más temidas, la pérdida de gusto y olfato.

Se evitaron 20 millones de muertes en el mundo gracias a las vacunas

Desde su aprobación en diciembre de 2020 y hasta diciembre de 2021, las vacunas evitaron la muerte de 19,8 millones personas de las 31,4 millones de muertes potenciales, según el primer estudio que ha cuantificado su impacto a escala mundial. La mayor parte de esas muertes (12,2 millones de los 19,8) se evitaron en los países de renta alta y media-alta, una contundente prueba de las desigualdades existentes en el acceso a las vacunas.

De hecho, el estudio apunta que se podrían haber evitado otras 599.300 muertes si se hubiera cumplido el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de vacunar al 40% de la población de cada país para final de 2021.

Basado en datos de 185 países, el estudio evalúa las muertes evitadas directa e indirectamente por las vacunas contra el covid- 19. Los resultados se publicaron este viernes en la revista The Lancet Infectious Diseases.

Liderado por investigadores del Imperial College de Londres, el estudio ha sido financiada por las organizaciones Schmidt Futures y Rhodes Trust, la Organización Mundial de la Salud, el Medical Research Council de Reino Unido, la Fundación Bill and Melinda Gates, y el Community Jameel, entre otros.

El trabajo concluye que las vacunas redujeron en más de la mitad el número potencial de muertes durante la pandemia en el primer año (el 63%).

De los casi 20 millones de muertes que se han evitado, casi 7,5 millones eran en los países a los que llegó la iniciativa Covax, una alianza suscrita por 190 países para garantizar el acceso equitativo de estos medicamentos.

Para Oliver Watson, autor principal del estudio e investigador del Imperial College, estos resultados demuestran que las vacunas "han salvado millones de vidas. Pero se podría haber hecho más".

"Si se hubieran alcanzado los objetivos fijados por la OMS, calculamos que se podría haber evitado aproximadamente 1 de cada 5 de las vidas que se calculan que se han perdido a causa del covid en los países de bajos ingresos".

Hasta ahora, varios estudios han tratado de estimar el impacto de la vacunación en la pandemia, pero este es el primero que se hace a nivel mundial.

Los investigadores usaron datos de muertes por covid notificadas entre el 8 de diciembre de 2020 y el 8 de diciembre de 2021 y tuvieron en cuenta la subnotificación de las muertes en los países con sistemas de vigilancia más débiles (China no se incluyó debido a su gran población y a sus estrictas medidas de bloqueo, que habrían sesgado los resultados).

El equipo descubrió que en ese periodo, la vacunación evitó aproximadamente 19,8 millones de muertes de las 31,4 millones de muertes potenciales que se habrían producido.

Además, apunta que 4,3 millones de fallecimientos se evitaron gracias a la protección indirecta de las vacunas que ayudaron a reducir la transmisión del virus y redujeron la carga en los sistemas sanitarios.