¿Podría un caracol parar la Ronda Este?

El Elona Quimperiana tiene en los bosques del Rato y su entorno un hábitat prioritario y es una especie que está en peligro de extinción, "ao nivel da águia real e do oso pardo", señala Adega
Elona
photo_camera Elona Quimperiana o caracol de Quimper. EP

¿Podría un caracol parar la construcción de la Ronda Este entre A Tolda y la carretera de A Fonsagrada? La pregunta puede sonar casi a chiste, pero hay especialistas y colectivos como Adega que creen que el quid para echar por tierra este proyecto —que rechazan, al igual que algunos otros colectivos y partidos políticos, por su impacto ambiental y porque lo ven "innecesario"— podría ser el hallazgo de ejemplares del caracol Elona Quimperiana, una especie en peligro de extinción que tiene en los bosques del Rato uno de sus hábitats prioritarios. 

El caracol de Quimper —llamado así por la región de Bretaña donde fue recogido por primera vez, a principios del siglo XIX— o caracol moteado figura en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas, a la misma altura que el águila real o el oso pardo, señala el biólogo Cosme Damián Romai Cousido. Este especialista guiará el próximo sábado una "descuberta de diversidade" en los bosques del Rato. Se trata de una actividad abierta al público pero que necesita inscrición previa (982240299 o [email protected]) que servirá para localizar flora y fauna y que forma parte de las acciones que el colectivo ha programado para este mes dentro de su campaña Salvemos o pulmón verde de Lugo.

Este "coqueto caracol" tiene en los bosques del Rato y de su entorno, por los que atravesará la Ronda Este, un hábitat idóneo, asegura el biólogo. "As carballeiras en ladeira, con regatos preto, pero tamén con zonas secas, que  é onde adoita meterse, é o seu hábitat perfecto. Encántalle resgadarse debaixo de trozos de madeira que está podrecendo", apunta Romai. El caracol se distingue por su concha ligeramente aplanada y un poco traslúcida a través de la que se ven motas negras, por lo que tiene cierto aspecto atigrado. Es una especie nocturna.

La premisa de que el hallazgo de esta especie en la zona pueda servir para parar la Ronda Este puede parecer un tanto excesiva, pero no hay que olvidar que la Xunta lleva años frenando la zona de baño en el Miño que quiere hacer el Concello por la existencia de colonias de especies de mejillón de río que tienen esa misma condición de amenaza.

La Ronda Este es una infraestructura cuyo interés tiene bastante más alcance, ya que está concebida para acabar de vertebrar las comunicaciones en torno a la ciudad, reduciendo el tráfico urbano y en la carretera del Rato y favoreciendo las conexiones de conductores de la zona sur de la provincia al Hula y a los polígonos industriales  de Lugo. Y, aunque a menudo otro muchos proyectos de notable impacto ambiental como los parques eólicos acaban saliendo adelante, también hay precedentes que hacen ser optimistas a quienes se oponen a la Ronda Este, cuyo último tramo serviría para cerrar la tercera cincunvalación de la ciudad. 

Precedente: Una planta cambió la autovía de Santiago

La autovía de Santiago estuvo varios años parada en el tramo Melide-Palas por su afección a la sierra de O Careón y el trazado previsto inicialmente acabó siendo modificado para preservar la riqueza botánica del lugar, donde crece una especie única en el mundo, la Santolina Melidense.

La infraestructura fue modificada a pesar de que el proyecto llegó a tener declaración de impacto ambiental favorable, aunque en ella ya se proponían una serie de medidas para preservar especies de flora y de fauna, sobre todo de aves. El cambio más significativo fue la supresión del viaducto de O Careón. Hay precedentes por tanto de cambios de proyectos.

El dilema: favorecer las conexiones o conservar el ecosistema

Adega organizó recientemente una ruta por el trazado de la Ronda Este para mostrar la riqueza natural de esta zona y hacer ver el impacto que tendrá la vía, de dos carriles en cada sentido y con un puente sobre el Rato en la parte final, y cómo afectará a vecinos de núcleos como Barbaín y Bosende. La portavoz de esta parroquia, María José Lombao, es muy crítica. 

Lombao recuerda que ya la construcción de la carretera del Rato supuso el corte y la supresión de los distintos caminos y puentes que había para llegar a la ciudad. Ahora los vecinos también observan con preocupación las obras de supresión de pasos a nivel que lleva a cabo Adif y los caminos alternativos que habilitará. Creen que algunos no serán útiles y que otros estropearán el territorio. "Temos terras que non nos valen para nada porque están protexidas e agora van meter unha autovía", dice Lombao sobre la Ronda.

La nueva vía afectará a unos 17.000 metros cuadrados de fincas y bosques autóctonos, señala Adega. El colectivo ecologista sostiene que el ecosistema se verá tan afectado que con el tiempo dejará de ser funcional para la gran variedad de especies que lo habitan, desde la azulenca, el miñato o el gaveador azul que se escuchan y se ven volar cuando se camina por la zona a mamíferos, anfibios y reptiles, señala.

Barbaín: El camino de las lecheras

La Ronda atraviesa Barbaín, donde se conserva el llamado camino de las lecheras, que acudían a vender a la ciudad. Usaban pasos de piedra para no enlamarse.

Un relleno para salvar el valle del Samai

La Xunta suprimió el puente que en el primer proyecto salvaba el valle del Rego de Samai por su impacto visual desde el parque del Rato. Ahora se hará un relleno y la Ronda irá a ras.

MUROSS

Bosende: Chantos y muros secos para los reptiles

La Ronda Este supondrá la pérdida en algunas zonas de chantos, losas reforzadas y muros secos que cierran caminos y fincas y forman parte del ecosistema de reptiles, señala Adega.

Comentarios