Los peatones estrenan con agrado la nueva Mosqueira aún no finalizada

La Ronda da Muralla entre A Mosqueira y San Roque quedó abierta esta semana a los peatones. Pese a que la reurbanización de este espacio todavía no está terminada, en general los ciudadanos han estrenado la nueva vía peatonal con satisfacción, entre otras razones porque los primeros días ya han permitido comprobar que se ha convertido en un atajo para ir desde la zona de la estación de tren hasta la de autobuses y Ramón Ferreiro mucho más usado y cómodo que el que había.

Las vallas que cerraban la vía desde la Praza da Constitución hasta San Roque fueron retiradas para desviar a los peatones entre las casas y la muralla debido a que, desde hace unos días, los trabajos se concentran en la confluencia con Mártires de Carral, por donde estaba habilitado el paso antes.

Si no hay contratiempos, la obra podría estar terminada en poco más de un mes, según calculaba este miércoles el encargado, Amador Rodríguez, minutos después de que la zona fuera visitada por el responsable municipal de movilidad, Rubén Arroxo, y otros miembros del gobierno local, como el concejal de infraestruturas, Alexandre Penas.

Arroxo recordaba que la nueva plaza de A Mosqueira se concibió como una zona multiusos, con zonas verdes y espacio para la realización de actividades culturales y de ocio. Se cuidó también la iluminación, para que haya una buena visión en la vía pública y a la vez resalte la muralla, pero todo ello con menos contaminación lumínica que la que hay ahora. Así, se sustituyen los proyectores que hay en el césped próximo al monumento por farolas, muy llamativas y de una estética que no deja indiferente y genera todo tipo de opiniones.

Las zonas verdes son las que se están ejecutando en este momento, por lo que de momento resulta difícil hacerse una idea de la imagen final que tendrá este gran bulevar, que incluye algunos aspectos curiosos. Uno de ellos es la combinación de pequeñas piezas de pavimento intercaladas con césped, en los accesos a los garajes y en un tramo paralelo a la muralla, entre el edificio racionalista de Eloy Maquieira y la puerta de San Pedro. Es un modelo de suelo que ya existe en alguna otra calle, como la que discurre al lado de la delegación de la Consellería de Sanidade, perpendicular a la Rúa Montevideo.

Todo el pavimento es de baldosa hidráulica con aspecto granítico, como la que existe en muchas otras zonas peatonales. Según explicaba este miércoles el encargado de la obra, es un material más resistente que el que se ha colocado en otra calle recién peatonalizada, Quiroga Ballesteros, donde no ha pasado ni un año y ya ha sido necesario cambiar varias piedras de granito. El gran tamaño de estas dificulta colocarlas y hace que, pese a su notable grosor, resulten más vulnerables al paso de vehículos. Las baldosas de A Mosqueira son de 60 x 40 centímetros y 10 de grosor. El color del suelo y el hecho de que este sea en su mayor parte totalmente liso era motivo de elogio por parte de algunos ciudadanos que este miércoles caminaban por la nueva plaza, como Conchita Lucas. "Se camina muy bien. Me gusta muchísimo. Ha sido un acierto".