El Miño se queda sin caudal y se cruza a pie

El bajo nivel del río en Lugo ya limita el baño y la actividad de los piragüistas ► En algunas zonas la profundidad del agua se sitúa en 50 centímetros y amenaza la salud del ecosistema fluvial y las zonas de recreo
El río Miño, a su paso por Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera El río Miño, a su paso por Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ

El caudal de agua del río Miño se encuentra en mínimos a su paso por la ciudad. El problema está asociado al periodo de sequía que afecta a todo el país durante los últimos meses y ya condiciona incluso los baños en el Miño. La caída del caudal puede constatarse en A Ponte y en algunas de las zonas de ocio más frecuentadas por los lucenses estos meses.

Las sucesivas olas de calor extremas también han afectado a la temperatura del agua del Miño, que alcanzó los 26,5 grados centígrados durante la pasada semana, un fenómeno nunca antes registrado en el río a su paso por la ciudad de la muralla.

Estas cifras igualan la temperatura registrada en el cauce fluvial con las que cualquier bañista puede encontrarse en la costa mediterránea durante los meses de máxima ocupación.

El río en la zona de Fluvial, donde ya se han cerrado los trampolines por riesgo. VICTORIA RODRÍGUEZ
El río en la zona de Fluvial, donde ya se han cerrado los trampolines por riesgo. VICTORIA RODRÍGUEZ

Este inusual fenómeno metereológico, asociado al cambio climático, también se ve reflejado en las áreas de As Saamasas, Los Robles y las zonas de baño en los paseos del Rato y el Miño, pues muestran unos niveles preocupantemente bajos de agua.

La imagen idílica del puente romano con un abundante caudal ha quedado relegada al pasado invierno. Así, como ya ocurriera durante épocas estivales de años pasados ausentes de precipitaciones es posible cruzar a pie de un margen al otro del río en diversos tramos, donde se mantienen a la vista las piedras del lecho fluvial.

También potencia este hecho la presencia de una densa vegetación flotante que dificulta, en gran manera, el baño de los usuarios en dichas zonas así como la práctica de actividades deportivas como el piragüismo.

Este inusual fenómeno climático ha traído consigo además la implantación de algunas restricciones en varias entidades.

El Club Fluvial de Lugo, que multiplica su número de usuarios en junio, julio y agosto, se ha visto afectado por el bajo caudal de agua. De hecho, esta sociedad ha suspendido momentáneamente el uso de los trampolines y de la plataforma flotante ubicada entre ambas orillas del caneiro por la peligrosidad que representa para las personas lanzarse al río con un caudal tan bajo de agua, como resalta Tito Valledor, presidente del club lucense.

"Actualmente, la profundidad en esta zona es menor al metro y medio y para salvaguardar la integridad de nuestros socios hemos decidido tomar esta decisión".

Mientras esta medida sea efectiva, los socios pueden seguir disfrutando del parque acuático sin restricciones para mitigar los excesos que refleja el mercurio.

Problemas para los piragüistas

Otra de las entidades perjudicadas esta situación es el Club Cidade de Lugo de Piragüismo, que ha visto como la superficie de casi 3.000 metros que utilizaban para entrenar sus más de 200 deportistas federados, a los que hay que añadir los alumnos de sus cursos de verano, se ha reducido a solo 800 metros, como recalca su director técnico, Martín Carballo.

Explica que la profundidad del río en su zona de prácticas ronda entre los 50 y los 70 centímetros. "Nuestros piragüistas tienen mucho cuidado al remar porque tocan el fondo con las palas. Además, con un caudal tan bajo no podemos sacar la lancha de apoyo para los piragüistas".

Al inconveniente de la falta de agua en el cauce del Miño se une la rotura del histórico caneiro de Acea de Olga.

Precisamente, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) comenzó el pasado mes las obras preeliminares de acondicionamiento del caneiro en la zona de Acea de Olga, que se encuentra ubicado entre el puente romano y el antiguo restaurante O Muíño, con la señalización de los accesos.

Estos trabajos se encuentran actualmente en compás de espera hasta que la Xunta resuelva si pueden trasladarse ya las colonias de mejillones que hay en la zona. Las obras, advirtió la Confederación, deben hacerse ahora, aprovechando el escaso caudal del río.

Las causas del bajo caudal

Martín Carballo asegura que la rotura que presenta desde hace años este dique fluvial es otra de las causas del problema en el río, ya que "desagua mucha cantidad y esperemos que hagan pronto las reparaciones porque si no en unos años no se va a poder remar porque no habrá agua suficiente", vaticina.

Bañistas en el río Miño, con el caudal bajo. VICTORIA RODRÍGUEZ BO
Bañistas en el río Miño, con el caudal bajo. VICTORIA RODRÍGUEZ

Los trabajos de reparación de la presa consisten en la reconstrucción de esta aceña, que sufrió la rotura de su estructura original. El tramo dañado arrastra problemas desde las obras de rehabilitación que se realizaron en el puente romano nueve años atrás. El proyecto también incluye la reparación del caneiro es su parte más ancha, utilizada por los piragüistas para realizar los porteos.

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