Un lucense denunció a dos agentes de la Policía Nacional por irrumpir en una casa de su propiedad sin autorización. Los agentes supuestamente habían acudido a la vivienda tras recibir la llamada de una mujer que alertaba de que podía haber okupas.
El episodio se produjo el pasado domingo, pasadas las ocho de la tarde, en la Avenida de Madrid, donde el denunciante tiene dos viviendas, conectadas entre sí por un patio, que están en proceso de rehabilitación.
El propietario había llegado poco antes a la casa. Al entrar desconectó la alarma y no pasó la llave por la puerta principal, pero colocó por dentro una barra metálica para cerrarla. Tras recorrer la primera casa, se fue a comprobar el estado de la vivienda posterior y desde allí empezó a escuchar golpes y ruidos en la parte delantera del inmueble, por lo que decidió volver a ver qué ocurría.
Se llevó la sorpresa de su vida al percatarse de que bajaban por la escalera dos policías, que no le dieron ninguna explicación de qué hacían allí y le instaron a que fuera él quien se identificara.
"Chegaron a pedirme que lles enseñara a escritura", cuenta el hombre, que dice que está rehabilitando las casas, no vive allí y, por tanto, no tenía ese documento a mano. Relata que para probar que era él quien estaba en su casa tuvo que demostrarles a los agentes que tenía las llaves de las distintas cerraduras de la vivienda.
La situación, relata, le dejó muy mal sabor de boca. Para él, lo peor fue que los agentes ni siquiera le pidieron perdón por la situación que le hicieron vivir.
Más que el sobresalto por la entrada de la Policía en su casa, fue esa falta de consideración lo que le decidió a personarse al día siguiente en la comisaría y presentar una denuncia.
TESTIGO. Cuenta que de parte de la intervención policial fue testigo su vecino, que no daba crédito a lo que veía.
Fue una situación muy incómoda y todas las dudas del propietario se acrecentaron cuando en la comisaría le dijeron en un primer momento que en los partes no constaba ninguna intervención ese día en la Avenida de Madrid.
Finalmente localizaron a los agentes que habían actuado en la casa, pero el lucense dice que se mantuvieron firmes en defender que habían actuado como debían y que no tenían razones para pedir perdón. Esa nueva falta de excusas le reafirmó en la idea de denunciar, cuenta el propietario.
