El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, Cheché Real, cree que entre octubre y noviembre se producirá una subida generalizada de los precios que se cobran a los clientes para intentar compensar el aumento de gastos de los negocios pero afirma que, aún así, "esto va a ser muy difícil de mantener y de tener una estabilidad empresarial".
Real explicó que el sector "aguantou ben o verán" porque hubo una afluencia de gente "igual ou superior" a antes de la pandemia. Sin embargo, los hosteleros percibieron que "a xente xa non gastaba da mesma maneira que outros anos" y creen que el consumo probablemente se retraerá en otoño, como sucede habitualmente por distintos factores —desde los gastos del inicio del curso escolar a la vuelta al trabajo y el cambio a una estación con peor tiempo—, pero esta vez de forma más acentuada por la inflación.
"Se a suba da enerxía foi dun 300 por cento, a hostalería non pode repercutir esa suba nas cartas e nos precios das bebidas", afirma Real, que cree que los ingresos de los negocios van a bajar "un 40, 50, 60 ou 70%". "Pensamos que vai ser un último trimestre do ano e un 2023 complicados, cunha carestía importante para os negocios e a sociedade", señala el portavoz de un sector que, al igual que otros, sufre también el problema de la falta de mano de obra, a pesar de que las condiciones laborales "están cambiando a pasos axigantados porque —reconoció Real— nós metemos a pata en moitas ocasións con salarios baixos e horarios".