Diabéticos sufren desabastecimiento de un fármaco que se utiliza para adelgazar

La Agencia Española del Medicamento alertó de escasez de Ozempic en septiembre, pero en Lugo se percibe ahora
El menor fue trasladado al Hula en ambulancia. AEP
photo_camera Hula. AEP

Pacientes con diabetes tipo II están sufriendo problemas de suministro de Ozempic, un fármaco que se utiliza para un mejor control de su enfermedad pero que también está siendo usado por pacientes no diabéticos para adelgazar. Lo cierto es que el desabastecimiento comenzó ya en septiembre y, entonces, tanto la administración como la sociedades científicas alertaron a los endocrinólogos de esos cortes (así como de los de otro medicamento similar llamado Trulicity), pero los pacientes lucenses han empezado a percibir problemas y a trasladárselos a sus médicos ahora, según explica el jefe de Endocrinología del Hula, Ignacio Vidal Pardo.

"Hace meses que se nos ha pedido que no iniciemos nuevos tratamientos con Ozempic precisamente para evitar que pacientes diabéticos para quienes está resultando eficaz no se vean obligados a cambiar de fármaco", admite.

La situación de desabastecimiento de Ozempic es mundial, no exclusiva de España, y se atribuye en gran medida a su prescripción fuera de ficha técnica; es decir, al hecho de que se esté recetando, en el ámbito sanitario privado, exclusivamente para adelgazar. "No me consta que se esté dando pero puede suceder", reconoce el doctor Vidal Pardo. "El semaglutide, principio activo del Ozempic, está ya aprobado por la FDA [la agencia del medicamento estadounidense] y por la Ema [agencia europea] para la pérdida de peso, por lo que previsiblemente acabará por aprobarse en España. No se puede prescribir a una persona no diabética obesa o con sobrepeso porque está fuera de ficha técnica, pero no en contra de la evidencia científica", admite.

En estos momentos, en España está exclusivamente autorizado para su uso en personas con diabetes. En el caso de que tengan obesidad (un índice de masa corporal de más de 30) el fármaco está financiado por la Seguridad Social. Si el paciente diabético no llega a ese IMC; es decir, si tiene un peso considerado normal o sobrepeso, también se puede prescribir pero el paciente deberá pagarlo de su bolsillo. Evidentemente, todos aquellos que lo reciben sin ser diabéticos deben abonar los 132 euros mensuales que cuesta el tratamiento y que consiste en una inyección a la semana.

El semaglutide es un medicamento de los llamados análogos del GLP-1. Ayuda a los diabéticos a aumentar la liberación de insulina, a disminuir la liberación de glucagón (una hormona que se produce en el páncreas y que hace justo lo contrario que la insulina) y, a mayores, reduce el apetito y aumenta la sensación de saciedad. Esta última cuestión es clave para contribuir a la pérdida de peso, si bien es de esa clase de fármacos de los que se debe incrementar progresivamente la dosis si se quiere seguir adelgazando.

Tanto en Estados Unidos como en Europa está aprobado el uso de semaglutide en pacientes no diabéticos para ayudarles a perder peso se refiere a la presentación comercial Wegovy, mientras que el nombre Ozempic es otra presentación comercial que se puede prescribir exclusivamente a diabéticos, aunque el principio activo sea el mismo. Igualmente, en todo el mundo, se suceden las noticias de problemas de suministro del Ozempic que impiden que ese fármaco llegue con regularidad a pacientes diábeticos porque se está usando para adelgazar.

Asociaciones de diábeticos o pacientes particulares han reclamado que se deje de prescribir a personas que no tengan la enfermedad para que no se vean afectados por el desabastecimiento de un tratamiento crónico. Se ha atribuido a famosos como las hermanas Kardashian o a Elon Musk haber contribuido a disparar la demanda declarando que habían usado el medicamento para perder peso.

En estos momentos el semaglutide se prescribe en Estados Unidos y algunos países de Europa para adelgazar en caso de que el paciente tenga un índice de masa corporal superior a 30 o si lo tiene igual o superior a 27 y presenta además un factor de riesgo asociado, como puede ser la hipertensión o la hipercolesterolemia. Esto lo convierte en virtualmente administrable a casi cualquier persona con sobrepeso porque es muy complicado tener esa condición y no contar con alguno de los otros factores de riesgo a mayores.

MEJORA CARDIOVASCULAR. Aunque insiste en que el Ozempic está solo autorizado en estos momentos para personas con diabetes y, por tanto, no se puede prescribir a los que no lo son, Vidal Pardo reconoce que cabe esperar que se acabe haciendo. Se trata de un fármaco eficaz, más que otros ya disponibles en el mercado como el Saxenda (que además obliga al paciente a una inyección diaria y no semanal) y que, a mayores al igual que todos los análogos del GLP-1 contribuye a mejorar el perfil cardiovascular del paciente. Pese a que los endocrinos son quienes más lo prescriben también lo hacen cardiólogos por esa circunstancia.

Entre los efectos adversos figura el malestar digestivo, los vómitos o las diarreas, así como el estreñimiento, dispepsia o fatiga.

La Xunta monitoriza las existencias

El Servizo Galego de Saúde informó de que monitoriza semanalmente las existencias en los distribuidores del Ozempic y que, dado su uso para el tratamiento de la obesidad, ha experimentado un "aumento de la demanda" derivado en problemas en el ministro de algunas de sus presentaciones. 

En concreto, el Sergas ha explicado que este fármaco pertenece a una familia dentro de la que también figuran medicamentos autorizados para su uso en el tratamiento de la obesidad, en este caso no financiados por el Sistema Nacional de Salud. "En los últimos meses, ha aumentado la demanda de algunos de estos medicamentos, lo que ha provocado problemas de suministro en algunas presentaciones", apunta Sanidade, en respuesta a Europa Press. 

En la última monitorización, de este mismo miércoles, apunta Sanidade, únicamente había una presentación sin existencias: el Ozempic de 1 miligramo, "existiendo stock en las presentaciones de 0,5 mg y 0,25 mg". 

Finalmente, Sanidade ha explicado que, dado que la utilización para el tratamiento de la obesidad de estas moléculas no está incluida en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud, el posible uso derivado de esta indicación en el ámbito privado "no puede ser detectada" desde el Sergas.

"Sin embargo, su utilización como medicamento antidiabético está sometida al procedimiento de homologación sanitaria (visado), el cual verifica de forma previa a la dispensación que el medicamento en cuestión se prescribe para tratar la diabetes mellitus", añade. 

Comentarios