La crisis energética desboca la factura eléctrica del Concello de Lugo

En el primer trimestre de este año el Concello pagó 2,8 millones, la mitad que en todo 2021, para mantener los servicios. El coste se dispara pese a las medidas de ahorro energético que se han ido generalizando los últimos años en la ciudad

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photo_camera Trabajos para instalar redes de alumbrado más eficientes en la ciudad. XESÚS PONTE

La crisis energética no solo pasa factura a los ciudadanos. La economía del Concello también se resiente de la escalada de precios. En el primer trimestre del año, el Concello pagó 2,8 millones por el consumo eléctrico.

La escalada se nota en las arcas públicas desde hace más de un año. En 2020, la administración municipal pagó 4.799.000 euros por el consumo eléctrico de las distintas instalaciones municipales y la red de alumbrado público y la factura se elevó a 5.520.880 euros durante el 2021.

Ahora, en solo un trimestre se ha gastado ya la mitad de todo lo que se pagó el año pasado. Así, al igual que los particulares, la administración local confía en que las medidas que prepara el Gobierno permitan parar una escalada que afecta a las cuentas municipales.

En la alcaldía advierten que la factura se ha desbocado a pesar de que durante los últimos años se ha actuado para mejorar la eficiencia energética, con grandes inversiones en proyectos como los de renovación de la red de alumbrado, en la que se ha impuesto la instalación de luces led. 

El gasto se hubiera disparado mucho más si no se hubiera apostado desde hace años por la eficiencia, advierten para indicar que las medidas diseñadas para el ahorro sí han sido eficaces.

No obstante, también apuntan que en el incremento del gasto ha influido el hecho de que los precios de la luz llevan muchos meses desbocados, pero también el hecho de que en este momento, por ejemplo, hay más luces que sostener, porque se ha ido extendiendo el alumbrado a zonas que antes no lo tenían, tanto de la zona urbana como de la rural.

En las parroquias la apuesta por la implantación de sistemas led de alumbrado ha sido también general, apuntan en la alcaldía, donde recuerdan que Lugo tiene un territorio muy extenso y eso también pesa en la factura.

Además del alza de precios por la ya larga crisis energética, en el incremento de gastos del Concello ha influido el hecho que el contrato de suministro que tenía el Concello se vio afectado por cambios normativos que introdujeron nuevos cánones que implican que al final la administración local paga la luz a precio de mercado. La idea es buscar fórmulas para abaratar costes en los próximos contratos que se firmen.

Eficiencia. Lugo gasta mucho en Lugo y una de las razones es que, más allá del alumbrado público, la ciudad cuenta también con una extensa red de edificios e instalaciones públicas que precisan un alto consumo de energía.

Esa es una realidad que se intenta cambiar en los nuevos edificios de titularidad municipal, en los que se apuesta por la eficiencia y en algunos casos casi por la autosuficiencia.

En el departamento de Lara Méndez apuntan que los mayores ejemplos de eficiencia energética se desarrollan en las últimas instalaciones que se están construyendo, como el centro social de Lamas de Prado, las caldas que se construyen en la zona del río o el edificio Impulso Verde, cuya construcción responde precisamente al objetivo de desarrollar nuevos modelos de construcción basados en la eficiencia energética y la reducción del impacto ambiental que generan los edificios.

El gobierno estudia en estos momento nuevos proyectos de eficiencia energética que se puedan acometer en la ciudad y que serían sufragados con fondos del plan Life.

La idea es seguir recortando el consumo y, si se logra parar la escalada de precios actual, rebajar también la factura de luz que paga la ciudad.

Las inversiones en eficiencia en los últimos años han sido millonarias y gran parte del dinero utilizado provenía de fondos europeos, dado que uno de los ejes prioritarios de las políticas comunitarias se centra en cambiar el modelo energético europeo.

Sistemas para el apagado de luces
Muchos de los programas de eficiencia energética que se han ido implantando en Lugo han sido posibles gracias a la obtención de fondos europeos. Es el caso del programa Smart City, que incluyó un sistema de monitorización y apagado automático de luces en edificios municipales cuando se detecta que no hay nadie en un determinado espacio.

Ese sistema está implantado en algunos de los edificios municipales con un mayor consumo eléctrico, desde la sede de la Policía Local a las piscinas de Frigsa y As Pedreiras. Funciona también en los centros Maruja Mallo, Antonio Gandoy, la guardería de Sanfiz o el MIHL.

El gobierno ha recibido, no obstante, críticas del PP por no controlar bastante el consumo eléctrico. Los populares, por ejemplo, criticaron ya en febrero que las pistas de tenis de Frigsa permanecían iluminadas incluso cuando no había nadie jugando, por lo que pedía instalar detectores de presencia para ahorrar.