La demolición de O Garañón estará finalizada en diez meses

El Ayuntamiento asumirá, de forma subsidiaria, los trabajos con un crédito de un millón si el propietario no asume su responsabilidad civil
Álvaro Santos y Lara Méndez, junto a O Garañón. SABELA FREIRE
photo_camera Álvaro Santos y Lara Méndez, junto a O Garañón. SABELA FREIRE

La cuenta atrás para decir adiós a O Garañón se inicia este miércoles. La junta de gobierno municipal sacará a licitación el proyecto de derribo del polémico edificio, cuya licencia de construcción fue aprobada en un pleno en 2005 con José López Orozco, como alcalde, y José Ramón Gómez Besteiro, como edil de Urbanismo.

El anuncio del principio del fin fue hecho este martes, al pie de O Garañón, por la actual regidora, Lara Méndez, acompañada por el edil responsable del área de Sostenibilidad Urbana, Álvaro Santos. El procedimiento de licitación echará a andar este miércoles y se espera que concluya en un plazo de dos meses.

Los trabajos de derribo los asumirá el Ayuntamiento, de forma subsidiaria, con un crédito de 1 millón de euros -965.000 euros, una cantidad determinada en base a consultas a diferentes empresas especializadas en demoliciones-, siempre y cuando el propietario del edificio -sujeto a una responsabilidad civil- no se haga cargo de los mismos durante esos dos meses, plazo que le dio la Administración local.

La alcaldesa apuntó que, teniendo en cuenta el carácter excepcional y complejo del expediente y que el derribo se puede realizar por diferentes métodos -manual, mecánico, combinado, o incluso voladura controlada-, el ejecutivo entendió conveniente licitar la obra a través de un contrato mixto, descartando otras posibilidades como el concurso de proyectos para disminuir el coste de la operación favoreciendo, asimismo, la libre concurrencia.

PLAZO. Las obras de demolición se ejecutarán en un plazo previsible de ocho meses -que empezará en cuanto se firme el acta de replanteo-, por lo que se espera que para mayo del año que viene los trabajos estén ya rematados y el solar -de 18.662 metros cuadrados- esté libre para crear una zona verde que dé continuidad al parque Rosalía de Castro y conecte el centro con el Miño.

La junta de gobierno autorizará la contratación de un proyecto visado de obras completo de demolición que incluye la reposición al estado original de los terrenos -con el que se da así respuesta a la sentencia que obliga a reponer la legalidad urbanística en el entorno- y la ejecución de las obras así como la dirección facultativa necesaria de las mismas.

Con este nuevo paso, el Ayuntamiento pone fin a un largo proceso judicial con sentencia firme desde 2017 cuando decidió no recurrir en casación la decisión judicial. El fallo consideraba que la construcción no era legal ni legalizable y se basaba en que incumplía el Peri (Plan Especial de Reforma Interior) y que tampoco se ajustaba a la licencia urbanística.

De manera paralela a este proceso, el Ayuntamiento sigue trabajando en la modificación puntual del PXOM (Plan Xeral de Ordenación Municipal) en ese espacio, anulado en esa zona debido a la falta de un informe favorable de Patrimonio al proyecto.

Asimismo, según avanzó la alcaldesa, se está también a punto de resolver el expediente de disciplina urbanística que pone de manifiesto que O Garañón no se ajusta a la licencia, otorgada en su día y posteriormente anulada, en base a un nuevo informe del servicio municipal de Arquitectura.

ALTURAS. El edil Álvaro Santos concretó, por su parte, que -a la vista de los estudios realizados- las torres, en su estado actual, presentan una serie de diferencias que evidencian una falta de adecuación sobre el proyecto que obtuvo la autorización destacando, especialmente, el importante incremento en altura de los dos volúmenes edificados ya que, entre otros aspectos, las plantas altas superan, cada una, en diez centímetros lo estipulado en el proyecto inicial. Santos también añadió que las tres plantas del sótano, semisótano y cubierta también incumplían el Peri, aumentando la superficie de tres terrazas.

Actualmente, el informe está sujeto a un trámite de audiencia de diez días para que el propietario del edificio presente alegaciones tras lo cual la Administración resolverá de forma definitiva.

Álvaro Santos también indicó que el Concello desestimó las alegaciones de la defensa del promotor para suspender el procedimiento, basándose en la caducidad del mismo al haber pasado seis años tras la finalización de las obras. El Ayuntamiento no aceptó estas alegaciones dado que la obra está inconcluida.

PP. El concejal del PP Antonio Ameijide considera, por su parte, que "Lara Méndez vén a recoñecer publicamente as ilegalidades cometidas polo PSOE nas licenzas do Garañón, ademais de condenar a todos los lucenses a rematar pagando unha indemnización millonaria ao promotor que reclamaba unha compensación de 25 millóns".

El PP ve, en el anuncio de Lara Méndez sobre O Garañón, "unha nova bomba de fume por non comprometer os prazos para o derrubamento do edificio".

Ameijide critica que Lara Méndez "leva anos dicindo o mesmo, sen facer nada, pero agarda que nesta ocasión non sexa así pese a que non nos fiamos".

Selfies, grafitis y botellones
Aunque las obras de O Garañón llevan años paralizadas, la construcción fue utilizada para distintos usos, muchos de ellos de riesgo.

Selfies. Las plantas más altas de O Garañón fueron, durante estos años, el lugar elegido para hacerse selfies dadas las impresionantes vistas que tiene el edificio.

Botellones. El acceso a esta construcción como lugar alternativo para realizar botellones también fue habitual en los últimos años por grupos de jóvenes.

Escombros. Se derribaron con mazas tabiques tirando los escombros hacia el exterior con riesgo para los peatones.

Suicidios. También hubo intervenciones policiales en el edificio para impedir que algunas personas se tirasen al vacío.

Grafitis. Los muros también sirvieron de lienzo para elaborar grafitis.

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