De un buen pulso a los clavos que lastran

Los camiones se llenaron de banderas y mensajes críticos con el Gobierno y el sector sintió reconocida su fortaleza ▶ La aparición de pinchos en tres vías de Lugo, incluida la A-6, que dañaron doce vehículos, empañó el fin de la jornada

Con una economía exhausta, el único capricho que se dieron en Lugo muchos camioneros fue comprarse una bandera de España. Se vendieron como churros.

Muchos llegaron por la mañana a un híper chino del polígono de As Gándaras pidiéndolas y, en vista de la demanda, el personal de Epoch se echó a la calle a venderlas. "Salimos para ayudarles, para que no tengan que estar viniendo a la tienda en un día tan complicado como el que están viviendo", contaban. Tenían stock porque habían comprado muchas para una competición deportiva y este martes dieron salida a cientos. Costaban cinco euros.

Al final, la enseña española se hizo omnipresente y muchos la eligieron como forma de decirle a los políticos que el país son ellos y que quieren que les escuchen.

Ese mensaje lo repitieron de muchas otras maneras y los camiones iban adornados de mensajes reivindicativos y críticos. Muchos, en tanto, colocaron simplemente un cartel de Se vende, que hablaba de la falta de salidas que perciben en este momento.

La protesta ayudó a los transportistas a reivindicarse una vez más como colectivo y para ello algunos recurrieron a recordar que no hace tanto, cuando estalló la pandemia, se les reivindicaba como héroes y se reconocía su papel esencial. "Señora ministra, ¿qué está haciendo con los héroes de la pandemia?", se preguntaba desde el frontal de un camión.

Pintados sobre sábanas, ese tipo de mensajes se repetían una y otra vez y uno muy recurrente fue el de "ministra, dimisión".

Y es que el eco de las palabras de la ministra Raquel Sánchez llamando a los huelguistas "ultras" y "radicales" aún escocía este martes entre los manifestantes. Algunos hacían notar el enorme éxito de convocatoria de la protesta de Lugo como una prueba de que el paro no es cosa de unos pocos o de gente con intereses políticos que vayan más allá del deseo de poder vivir de su trabajo. "Desde Vilalba llegamos vehículos formando una cola de diez kilómetros, a ver si ahora dejan de tratarnos como a una minoría", decía un camionero de la capital chairega.

CLAVOS EN CARRETERAS. El tono reivindicativo pero pacífico de la movilización en Lugo se vio empañado por la tarde, cuando aparecieron clavos en algunas carreteras lucenses, que causaron daños en vehículos, según informó la Subdelegación del Gobierno en Lugo.

El episodio más preocupante se dio en la A-6, a la altura del kilómetro 444, en la zona de As Nogais y en sentido Madrid, donde cinco vehículos y una furgoneta se vieron afectados por la presencia en la calzada de objetos punzantes, supuestamente lanzados por algún vehículo en marcha.

El mismo problema se dio en las carreteras LU-122, de Paraxes a Lourenzá, y la LU-750, de Meira a O Cádavo. En conjunto, en esas vías se vieron afectados por pinchazos seis turismos.

En esos sabotajes se usaron una clavos peligrosos, idénticos a otros incautados el lunes por la Guardia Civil en el maletero de una persona que fue identificada. Se dio aviso a los servicios de conservación de carreteras para que despejara las vías afectadas para garantizar la seguridad.

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