La Audiencia de Lugo rebaja las penas a cuatro agresores sexuales por la ley del solo sí es sí

Uno es un violador en serie que actuó entre 2013 y 2015, otro un peligroso maltratador, el tercero abusó de un menor de 16 años y el cuarto está condenado por una violación
Sede de la Audiencia Provincial de Lugo.  AEP
photo_camera Sede de la Audiencia Provincial de Lugo. AEP

La Audiencia Provincial de Lugo ha comunicado los primeros cuatro autos en los que accede a rebajar las penas a otros tantos agresores sexuales lucenses en aplicación de la polémica ley de libertad sexual, conocida como ley del solo sí es sí

Son cuatro casos que en su momento crearon gran conmoción en la ciudad. Las rebajas son de tres años, dos, uno y seis meses, aunque en al menos uno de ellos supone la libertad provisional para el delincuente. No obstante, en todas ellas los jueces razonan que la nueva ley se ha de aplicar in totum, por completo, por lo que también agravan otros castigos.

Tres años: el violador en serie que actuó en 2013

Las mujeres de la ciudad no podían caminar tranquilas por la calle por la noche en 2013, ya que un hombre las acechaba y aprovechaba cualquier ocasión, sobre todo al entrar en el portal, para atacarlas sexualmente. Hasta 2015, cuando fue detenido después de violar a una mujer en su vehículo, se investigaron más de una decena de ataques. Resultó ser un joven originario de Portomarín e hijo de un expolicía. En su defensa alegó un problema psiquiátrico, pero eso no impidió que fuera condenado: doce años de prisión por un delito de violación, otro en grado de tentativa y tres de agresión sexual.

Ahora, la Audiencia, el tribunal que lo juzgó, rebaja su sentencia en tres años: dos años por la violación (de 6 a 4) y uno por el intento (de 3 a 2), mantiene intactas las otras tres penas (ya que la nueva ley contempla el mismo castigo) y añade tres meses al considerar que ahora las lesiones deben juzgarse de manera individual.

Además, impone la prohibición durante 13 años de cualquier trabajo o actividad que implique contacto con menores. Esta es un novedad que, con mayor o menor duración, ha impuesto en las cuatro nuevas sentencias.

Dos años: rebaja por violación y multa por lesiones

Es muy posible que dentro de muy poco esté en la calle el segundo de los beneficiados. En su momento había sido condenado a seis años y medio por un delito consumado de violación y otro intentado. La aplicación de la ley del solo sí es sí hace que la pena principal de las dos baje de seis a cuatro años, buena parte de ellos ya cumplidos.

Por el contrario, no podrá trabajar con menores en los próximos ocho años y medio y tendrá que pagar multas por los dos delitos de lesiones que ahora se cuentan aparte: saldará con 120 euros.

Un año: de los permisos a la libertad provisional

Pasó muchos años en prisión sin beneficios penitenciarios debido a que la junta de tratamiento lo consideraba muy peligroso. Cuando accedió por fin a su primera salida, se reforzaron las alertas y el juzgado ordenó que se le colocara un dispositivo de localización.

Cuando entró en prisión era un joven camarero que había violado y torturado a su exnovia con tal brutalidad que fue condenado por varios delitos, entre otros el de agresión sexual por el que le impusieron doce años. Su abogado pedía que le rebajaran a siete, aunque la Audiencia aplica una serie de nuevas agravantes en la ley para dejar la condena en once. Parece poco, pero en este caso supone la diferencia entre disfrutar de permisos a pasar a libertad provisional. No obstante, también se le suman otros siete años de libertad vigilada, más 20 de alejamiento de su víctima.

Seis meses: abuso a menor y pornografía infantil

Fue condenado por abuso continuado sobre menor de 16 años con acceso carnal, prostitución a menor y elaboración y distribución de pornografía infantil. Su abogado reclamó, y consiguió, la rebaja de seis meses en la pena de cinco años, aunque ahora se le suman otros cinco años de privación de patria potestad.


Voto particular: un acuerdo no se puede revisar
Uno de los autos recién comunicados, que contempla una rebaja de seis meses para el delincuente, cuenta con un voto particular de una de las juezas de la Sección Penal de la Audiencia, Ana Rosa Pérez Quintana. En su opinión, esta sentencia no debería haberse revisado porque las penas "fueron expresamente aceptadas por la propia defensa. No fueron las mínimas, sino las expresamente aceptadas por la defensa".

Hipótesis
Según la jueza, no se puede saber si la Fiscalía hubiera modificado o no su petición con estas penas.

El hombre que violó a su hijo y pide rebaja es condenado ahora por corrupción de menores

El juzgado de lo Penal 1 de Lugo ha impuesto una nueva condena al padre que abusó de su hijo y de unos amigos de este en Friol. En esta ocasión, la pena suma tres años y prisión por los delitos de corrupción de menores y posesión de pornografía infantil.

Se trata de la misma persona que hace unos pocos días reclamó a la Audiencia Provincial la rebaja de su pena en aplicación de la ley del solo sí es sí. En 2018 se le impusieron un total de 35 años tras demostrarse que había violado a su propio hijo y abusado de dos amigos de este, también menores. En total, reclama que le rebajen 13 años de esos 35.

De cualquier modo, no afectaría a su nueve condena, aunque esta puede ser recurrida todavía y seguramente lo sea. Los hechos juzgados ahora se descubrieron cuando, a raíz de la investigación de los otros delitos, se registró su casa, su ordenado y su móvil.

Según recoge la sentencia, en dichos dispositivos no solo aparecieron archivos de pornografía infantil, sino que se descubrieron pruebas de sus conversaciones por un servicio de mensajería con una chica de 15 años a la que también conocía su hijo. Los mensajes estaban cargados de contenidos sexuales y el condenado incluso llegaba a pagarle a la menor recargas de teléfono para que atendiera sus solicitudes.

En el juicio declaró que ni los archivos pedófilos ni las conversaciones con la chica eran suyas, sino de su hijo, que también usaba los dispositivos, algo que el propio chaval negó y que se hizo insostenible, ya que en las conversaciones se identificaba.