Absueltos los tres familiares acusados de okupar O Pazo en A Fervedoira

El magistrado alega que el denunciante no acreditó su propiedad ni compareció en el juicio con asistencia legal y que el procedimiento debería plantearse por la vía civil y no en la penal
O Pazo, que se encuentra en A Fervedoira. AEP
photo_camera O Pazo, que se encuentra en A Fervedoira. AEP

Los tres miembros de una familia que estaban acusados de okupar O Pazo, que hace años albergó un burdel en A Fervedoira, fueron absueltos por el juzgado de instrucción número 3 de Lugo.

El ministerio fiscal había solicitado por un delito leve de usurpación pacífica de bien inmueble una multa de 900 euros para cada uno de los tres procesados y su desalojo.

Son varios los argumentos que aduce el juez para absolver a los tres acusados. En primer lugar señala en la sentencia que el denunciante no es el único dueño del inmueble, sino que es uno de los socios de la mercantil a la que pertenece el edificio, empresa que, según recuerda el magistrado, no llegó a emprender acciones legales en ningún momento.

En segundo lugar precisa que el denunciante no compareció en el juicio con abogado y procurador como establece para casos como este la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Y en tercer lugar, el juez explica que este proceso se debería seguir por la vía civil, y no por la penal, "a través del correspondiente desahucio por precario de los ocupantes".

Apunta en el fallo el titular del juzgado de instrucción número 3 de Lugo que O Pazo estaba en venta cuando se produjeron los hechos y se desconocía su estado.

"En ese momento no estaba siendo objeto de posesión, con lo que se considera que esta situación, que implica un uso ilegítimo por los denunciados, deberá encontrar su respuesta en la vía civil y no en la pena", recoge la sentencia que se acaba de conocer.

La sentencia no es firme

El denunciante puede presentar ante la Audiencia Provincial de Lugo un recurso de apelación contra este fallo judicial que absuelve a los tres miembros de una familia, dos mujeres y un hombre, que estaban acusados de okupar O Pazo.

Este inmueble de las afueras de la capital lucense, que antes de albergar un burdel en la década de los 90 acogió un restaurante a finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado, lleva ya al menos tres meses sin estar okupado. Su propietario tiene atrancado el acceso con una valla metálica y un contenedor para escombros de obra.