Unos 4.000 universitarios inician las clases en Lugo

La matrícula continúa subiendo en el campus, donde grados como Bioquímica o Empresa y Tecnología tuvieron que aumentar plazas ► La explicación a este incremento de alumnado, sostenido durante y después de la pandemia, está en el gancho de las nuevas titulaciones
De izquierda a derecha, cuatro jóvenes que acaban de llegar al capus de Lugo: Bruno Abal, Victoria Rúa, Pablo Fernández y Elba Curros. SEBAS SENANDE
photo_camera De izquierda a derecha, cuatro jóvenes que acaban de llegar al capus de Lugo: Bruno Abal, Victoria Rúa, Pablo Fernández y Elba Curros. SEBAS SENANDE

Los universitarios fueron este lunes los primeros en entrar en las aulas en Lugo y también en el resto de Galicia. En el Campus Terra fueron unos 4.000 jóvenes los que volvieron a clase. Los novatos, para asistir a las presentaciones en los distintos centros; los veteranos, para acudir a clases regladas y empezar otro nuevo curso.

Las aulas del Campus Terra se van llenando con números y porcentajes que reflejan un aumento sostenido en la matrícula, que se repite por segundo año consecutivo, tras ejercicios anteriores en el que el volumen de estudiantes en Lugo había caído estrepitosamente -principalmente, por la bajada de natalidad- llegando a poner en peligro varias titulaciones, lo que condujo, a su vez, a la desaparición de grados como, por ejemplo, los de Geomática y Topografía y también Lengua y Literatura Españolas.

El vicerrector del campus, Francisco Fraga, canta los números con satisfacción a falta todavía de un mes para el cierre definitivo de la matrícula en las titulaciones en las que todavía quedan plazas vacantes como, por ejemplo, las ingenierías de Paisaje, Procesos Químicos Industriales, Forestales y Gestión Cultural.

"O ano pasado, subiu a matrícula un 30 por cento e este ano, entre un 6 e un 7. É algo menos pero séguese subindo, que é o importante. Así que, como conclusión, pódese dicir que, en dous anos, aumentou a matrícula no campus de Lugo nun 36 ou 37 por cento. Isto débese, sobre todo, á implantación de titulacións que están a ter moita demanda. De feito, hai graos como o de Bioquímica onde a nota de corte vai subindo de ano en ano polo interese que xera esta titulación entre o alumnado", afirma Francisco Fraga.

NÚMEROS. De los cerca de 4.000 alumnos que tiene, ahora mismo, el campus, casi 900 -894- son de primera matrícula. En cifras globales, la diferencia en el cómputo total de alumnado entre el curso pasado y el actual está en "60 o 70 estudiantes a mayores este año", indica Francisco Fraga, con respecto al ejercicio anterior, donde hubo una matrícula que superaba con creces los 3.000 alumnos.

De los 894 estudiantes nuevos, 160 se inscribieron en las últimas titulaciones incorporadas al campus: Empresa y Tecnología, Bioquímica, Robótica y Gestión Cultural. El atractivo que generan estos grados supuso, por ejemplo, que Bioquímica pasase de 45 plazas asignadas inicialmente a primero a 55 matriculados y que Empresa y Tecnología diese el salto de 35 a 40. En ambos casos, se ampliaron las plazas porque quedaban fuera alumnos que superaban la nota de corte para acceder a las carreras y había empate.

También se hizo lo mismo con los de Dietética y Nutrición, con una cifra inicial de 60 plazas que se cerró con 67 matriculados en el primer curso.

Las buenas cifras tampoco se escapan, por otra parte, a titulaciones que, hace solo cuatro o cinco años, estaban a punto de peligrar. Ese es el caso de Ingeniería Agrícola, que este curso completó sus 45 plazas de primero, o de Ingeniería Civil, con 16 alumnos más en primero que el año pasado llegando a sumar 25 plazas cubiertas.

Otro dato interesante que refleja la buena salud del campus es la llegada de estudiantes de fuera. "Estamos a captar moitos alumnos de fóra de Galicia e iso é bo. En Bioquímica temos estudantes de Asturias, de Castela-León e de Canarias. O mesmo pasa con Robótica e con outras carreiras, xa clásicas e con moita matrícula, como Veterinaria -que segue a cubrir as súas 125 prazas e se fosen300 tamén se cubrirían- ou Enfermería", apunta el vicerrector.

ADE. En la facultad de Administración y Dirección de Empresas (Ade), su decano, Roberto Bande, también hace un balance muy positivo de las cifras de matrícula para el próximo curso. Una de sus dos titulaciones, Empresa y Tecnología, sigue ganando enteros, rebasando todas las expectativas iniciales. "Estamos cubriendo con creces la oferta de plazas en este nuevo grado -muy demandado en el mercado de trabajo- y, lo que es mejor, no está perjudicando para nada la demanda en el otro grado, el de Ade, como temíamos al principio. Ahí también mantenemos la matrícula -ofrecíamos 70 plazas y las cubrimos todas- y eso es porque gente de otras provincias está dispuesta a moverse a Lugo para estudiar aquí Ade", asegura el decano.

Roberto Bande añade que, de hecho, hay bastantes estudiantes de Ade que vienen de A Coruña. "Seguramente, se llenaron antes las plazas en Santiago y A Coruña, con notas de corte más altas, pero también hay gente que viene a Lugo porque tiene en cuenta que aquí la vida es un poco más barata que en Santiago o A Coruña y esto se tiene en cuenta especialmente ahora, con la inflación que tenemos", resume Roberto Bande.

"Aquí hai festa e tamén boa xente"

Veteranos y novatos se dirimían este lunes entre echarse un partido de ping pong o de futbolín en la residencia universitaria Bal y Gay para poner cierre a su primera jornada lectiva del curso que acaba de comenzar.

Este primer día de convivencia en la residencia que gestiona la USC se resume con idas y venidas al súper —para hacer acopio de alimentos y otros productos necesarios para su segundo hogar— y con viajes al contenedor para deshacerse de las cajas de cartón en las que algunos residentes trajeron sus cosas a Lugo, la ciudad en la que estudiarán los próximos meses. "Lugo es la mejor ciudad universitaria. La mejor", insiste Mario Hermo, un alumno del segundo curso de Dietética y Nutrición.

¿Qué tiene Lugo que no tengan otros sitios entonces? Miguel Burés, un estudiante de cuarto de Robótica, de Vigo, lo aclara. "Eu son, digamos, dunha metrópoli en comparación con Lugo e, coma min, hai xente que vén aquí, a facer carreiras como Enfermería e Maxisterio, pensando en que o ano seguinte van pedir traslado. Pero, despois, descobren que hai festa e que hai boa xente e non se van. Lugo é moi familiar e o ambiente é moito mellor có de Santiago, que está sobresaturado. Aquí se vas un mércores pola tarde aos bares que hai perto da carballeira ou un xoves á unha da mañá no centro ves ambiente universitario ", afirma este joven.

Bruno Abal, de Culleredo (A Coruña), estrenó este lunes las aulas de Empresa y Tecnología. "Mi idea era hacer Ade en Santiago pero no sabía de esta nueva titulación que hay en Lugo y me gustó más. Por eso, la puse de primera opción. De momento, aún llegué el sábado y conozco Lugo solo de noche. En principio, como soy de A Coruña, es como venir de la ciudad a un sitio antiguo, pero bien", comenta este estudiante.

Victoria Rúa es de Pontevedra y su intención era hacer el grado de Inteligencia Artificial antes de venir a Lugo a estudiar Ingeniería Civil. "Es una carrera nueva que se va a implantar en Santiago pero no conseguí entrar. Elegí, de segunda opción, Ingeniería Civil porque tiene varias asignaturas en común y creo que voy a seguir hasta acabar el grado", cuenta. Elba Curros, de A Coruña, iba para Medicina, en Santiago, y se queda en Dietética y Nutrición, en Lugo. "No logré entrar en Medicina y vine para aquí porque me gusta también el mundo de la alimentación", apunta.

Pablo Fernández, de Vigo, se matriculó en Robótica. "Me gustan las tecnologías, la programación, armar robots y creo que haciendo esta carrera va a ser más fácil encontrar trabajo", asegura este chico.

Todos ellos compartirán este curso las instalaciones de la residencia. Un lugar donde los veteranos se sienten tan cómodos que no quieren ni oír hablar de irse y alquilar un piso. "¿Para qué? Esto, al final, es como un piso compartido por veinte personas. Estamos todos juntos y podemos ir de una habitación para otra, incluso en pijama. Y no hay horarios para entrar o salir. Salvo para las visitas, que tienen que salir antes de las doce, aquí tenemos libertad total ", dice Mario Hermo.

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